No cesa el goteo de bajas en Podemos ahora que se avecinan cambios en la cúpula de la formación morada. En esta ocasión se trata de Erika Sanz, diputada oscense en las Cortes Aragonesas.
Precisamente cuando Maru Díaz, consejera de Ciencia y Universidad del Gobierno de Aragón, anunciaba a reformar el sistema de becas en la comunidad, uno de los logros de Podemos dentro cuatripartito, Sanz hacía su propio anuncio.
No sólo deja el escaño, sino que deja el partido por el que entró en política allá por el año 2014. “Hace unas semanas renuncié a mi cargo en el Consejo Ciudadano y a mi militancia dentro de Podemos”, señaló.
“En mi opinión, he comprobado con tristeza que del proyecto con el que nos ilusionamos tantísimas personas, ya no queda nada”, explicó ante los medios.
Tras asegurar que su dimisión ha sido “muy meditada”, su renuncia se produce por una serie de acciones políticas de la dirección que no comparte. Todas ellas referidas a la política aragonesa.
Mencionó la aprobación de la ocupación urgente de los terrenos para la ampliación de Cerler por Castanesa. También, una postura “poco beligerante” frente a la educación concertada o un complemento al Ingreso Mínimo Vital insuficiente para ella.
Son esos cambios en las direcciones que se van tomando por parte de las cúpulas las que llevan a las incesantes bajas en Podemos. De hecho, Sanz sostiene que la formación morada no es más que una “muleta” del PSOE y el PAR.
“Las renuncias programáticas son muchas, más que las conquistas, y Podemos está asumiendo un papel de subalternidad”, afirmó la diputada. Al tiempo, recuerda que “se primaron los sillones por encima de las políticas” en el pacto del cuatripartito.
“Se ha asumido una postura de aceptación, incluso en temas fundamentales, que han hecho perder las señas de identidad de Podemos y hacen peligrar el proyecto”, sostuvo. Por eso, volverá a su plaza de docente después de siete años en puestos orgánicos de la formación morada en Aragón.