La inminente victoria de Joe Biden, candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, ha hecho que el Servicio Secreto estadounidense refuerce la seguridad en torno a él. El plan de refuerzo ya se había previsto, pero se había ido retrasando por la incertidumbre de los resultados.
Sin embargo, en las últimas horas se ha activado y se han enviado más agentes a Delaware, donde reside el ex vicepresidente de Barack Obama. En la tarde de ayer (en España) se supo que el candidato demócrata había adelantado en el escrutinio a Donald Trump en Pensilvania.
De confirmarse que Biden ha ganado en ese estado, ya no sería necesario esperar a ver qué pasa con los votos electorales de Nevada y Georgia, y viceversa. Contaría con 284 compromisarios, 14 más de los necesarios para proclamarse como cuadragésimo sexto presidente de Estados Unidos.
Ante esa cada vez más certera posibilidad, el Servicio Secreto estadounidense ha decidido activar el protocolo de protección a mayor escala de los candidatos.
Varios medios, entre ellos The Washington Post, han confirmado ese extremo. Incluso se han activado nuevas medidas de vigilancia del espacio aéreo en prevención de posibles ataques contra el candidato demócrata.
Desde el Servicio Secreto se resta importancia a la medida
Con todo, el propio servicio de protección ha restado importancia al hecho de incrementar la vigilancia en torno al que fuera vicepresidente con Obama. Alegan razones de seguridad operativa.
Fuentes consultadas por la CNN precisan que el refuerzo “se esperaba”, pero que no hay razones que supongan una “preocupación específica”. Lo que sí es cierto es que empiezan a movilizarse los seguidores de Trump, provocándose algunos altercados que pueden ir a más si esta noche se proclama presidente al candidato demócrata.
De lo que no hay duda es que Biden avanza firme en los recuentos. Ello, pese a los esfuerzos de Trump por evitar que se sigan escrutando votos. Incluso, las principales cadenas de televisión se negaron a continuar emitiendo su rueda de prensa, plagada de mentiras.
Lamentable que el ejercicio de la democracia sea una amenaza.
La noche de los cristales rotos se acerca a uno u otro lado del Atlántico.