Quizás hayan sido las prisas y, posteriormente, se aclare en el seno de la Comisión, pero el plan presentado por España carece de pericia macroeconómica. Puede entenderse que en el fondo se negociarán en Bruselas cambios que concretarán el plan, pero debe tenerse cuidado en el rigor exigido dada la complejidad de la situación.
Cuando el diagnóstico es errado, nos equivocamos de medicina. La caída del -9,2% del PIB se antoja insuficiente y eso hace depender las otras variables, las necesidades financieras y, por lo tanto, la recuperación de España.
Señalar que será el consumo público la variable motor de la recuperación es desconocer los principios básicos de la Macroeconomía. Es la inversión la que tiene capacidad de recuperación y, dentro de ésta, según el Banco de España, la inversión de bienes de equipo se desplomará un -57%
Así están las cosas para pensar que la economía española tiene una capacidad de destrucción de empleo -que tiene mucha-, similar a la capacidad de creación posterior de empleo -que tiene poca-, analizados todos los ciclos anteriores.
Por eso, si se presentan un cúmulo de ambigüedades a una Europa que apenas existe, el Gobierno de España se equivocará Porque eso lleva a que se presente tan solo una necesidad financiera de 140.000 millones de euros y, lamentablemente, la economía española necesitará mucho más para recuperarse.
Poner en el frontispicio del plan que ha presentado el Gobierno tan solo el aplazamiento de tributos, las ayudas al turismo o la política de avales, exigirá una concreción mayor en la capital de Europa.