“Serenidad o espectáculo”, por Francisco Estepa Vílchez.

Francisco Estepa Vílchez.

A veces tengo la sensación de que algunos “actores” políticos están muy cómodos desprestigiando tanto la política, como la noble profesión de actor o la de payaso. La frivolidad con la que algunas personas cambian de chaqueta en política y el desprecio y poco respeto que manifiestan hacia lo que significa representar a la sociedad que les otorga su confianza para representarles, parece que buscase algún tipo de galardón “al más cínico” o el Oscar honorífico “a toda una vida de transfuguismo”.

Lo lamentable, es la aprobación que reciben estos vividores por parte de algunos votantes, que les aplauden con su voto y de esta manera, alientan a que otros sigan el camino de la política falsa y el espectáculo mezquino que representan para la sociedad que paga sus sueldos. Vemos como muchos votantes del Partido Popular, decepcionados con años de escándalos e hipocresía de sus dirigentes, se pasaron a Ciudadanos o a VOX pensando que por cambiar de nombre se cambiaría la forma de hacer política, pero quienes no creen en la política y la responsabilidad que significa, más pronto que tarde traicionan a sus votantes, descubriendo sus cartas y sus verdaderas motivaciones. Ahora estamos viviendo el juicio por los papeles del tesorero del PP en tiempos de Aznar y Bárcenas, con ex presidentes del Gobierno y ex ministros que han pasado por la cárcel, declarando ante un tribunal. Al menos, estos están siendo coherentes y defienden las siglas del partido que pagaba con dinero negro, aunque su sede en Madrid la tenga en venta.

Y fuera de este circo con varias pistas en que algunos quieren convertir la política, con payasos, transfuguistas y trileros, encontramos que aún existe otra clase de personas serenas que piensan en los problemas reales de las personas y que buscan hacer política con respeto, tranquilidad y buscando el consenso para alcanzar soluciones a los problemas. En Madrid, la ciudadanía tiene la oportunidad de decidir el rumbo de la política para España en los próximos años, porque de la madurez de los madrileños a la hora de analizar cada uno de los proyectos que se les presentan para su futuro, estoy seguro que tendrá su influencia en el resto de nuestro país y de la clase de políticos que se mantendrán y cuales tendrán que desaparecer como por arte de magia, aunque parece que la cosa estará tan ajustada como en las pasadas elecciones en EEU, que afortunadamente ganó el candidato sereno y tranquilo.

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