Nélson Semedo, el único lateral derecho con el que cuenta Ernesto Valverde en el Barça, empieza a agotar la paciencia del Camp Nou. Todavía colea el Clásico y el portugués es el centro de críticas en el templo blaugrana. Su rendimiento ante el Real Madrid fue bajo.
Sólo ganó seis duelos de once, dio pases con efectividad, sí, 38, un 87%, pero ninguno de ellos fue clave para ganar ventaja frente a los blancos, y perdió cuatro balones. Su importancia en la fase con pelota fue poca, explican en fichajes.net.
No hay duda de su calidad y sus cualidades, como el desborde, la potencia y cómo golpea la pelota, pero estas características no se adaptan al esquema de Valverde. No genera líneas de pase que permitan una progresión o la continuidad de la jugada, y su velocidad rompe el ritmo del equipo. Además carece de un juego asociativo que desbloquee, a lo que se une que toma decisiones equivocadas en el último tramo de las jugadas.
No se entiende con Messi ni con Luis Suárez. El astro argentino ha evolucionado hacia el costado derecho, por donde transita Semedo, lo que obliga a los que por allí andan a interpretar el juego de la pulga. Y eso no es fácil. El portugués es incapaz de hacerlo.
El problema del Barça es que desde que salió Dani Alves, no hay un lateral derecho nominal que cubra esas expectativas. Se salva Sergi Roberto, pero es un centrocampista reconvertido en extremo y eso no es válido.
Se abre el mercado de invierno y los culés tienen que encontrar remedio a una situación que les está obligando a dejarse muchos puntos por el camino.