La sanidad madrileña, desbordada

La sanidad madrileña, desbordada

La sanidad madrileña está al borde del colapso. A la saturación e incremento de casos positivos en la Comunidad de Madrid se une el desabastecimiento de medios de protección que empieza a producirse. El coronavirus está ya haciendo estragos entre el personal sanitario de la región.

A los profesionales de la sanidad madrileña se les racionan las mascarillas, los guantes, las gafas, los gorros, las batas… “Nos estamos quedando sin equipos de protección. Nos podemos quedar sin camas de UVI. La respuesta frente al Covid-19 debe ser prioridad nacional”, puede leerse en un tweet escrito por el jefe de Enfermedades Infecciosas de La Paz-Carlos III. Ha sido nombrado por el Gobierno madrileño como portavoz para la crisis sanitaria que vive la Comunidad.

Al cierre de estas líneas, hay 1.024 casos registrados, con 31 muertes, según ha comunicado Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias. Estima que se tardará entre dos y cinco meses en detener los contagios.

Entretanto, en Madrid se ha contratado o renovado hasta un total de 1.142 profesionales con el fin de reforzar las plantillas, con síntomas de agotamiento. Los laboratorios dedicados a los análisis se han duplicado, pasando de cuatro a ocho. El dato positivo es que también se suceden las altas, lo que libera camas.

No obstante, “hay varios hospitales de Madrid desbordados”, indica Santiago Moreno, jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas del hospital Ramón y Cajal. Apunta que “el problema del coronavirus no es tanto la incidencia que vaya a tener en la salud individual de la gente, porque es una infección de carácter leve”.

Los picos de casos pueden desbordar la sanidad madrileña

“El problema es el boom, el brote, el pico de casos. Y eso es lo que hay que evitar: que no se concentren en poco tiempo todas las consecuencias, porque causa estragos en el sistema”, añade. “Nuestra preocupación es llevar cuidado con las camas de UCI. Lo que se está viendo en todos los países es eso: escasez, desabastecimiento, que no haya suficientes respiradores, mascarillas, etc.”.

Todo se orienta a evitar que se produzcan picos de casos y que colapse la sanidad madrileña. Así, se espacian los positivos con el fin de que la recuperación de los pacientes permita que nuevos contagiados sean atendidos.

El desbordamiento también existe en la atención telefónica y el problema crece al sumarse la lentitud en las compras. “Contratar y comprar rápido están siendo los cuellos de botella, con el sistema de llamadas, que no se atiende bien”, explicaba un experto. Lo decía antes de que el Gobierno anunciara que aumentaba la plantilla de atención telefónica de los 125 operadores a 200.

“Y hay falta de medios”, afirma. “Estamos tocando fondo”, confirma Mayte Castilla, técnica media sanitaria y delegada del sindicato CSIF en el clínico San Carlos. “Observo una saturación en las urgencias, sin que se incrementen los recursos y teniendo al personal trabajando con estrés, por carga de trabajo y por intentar hacer todo con el más estricto cuidado, ya que es una enfermedad altamente contagiosa”, añade.

Algunos pacientes llevan esperando los resultados más de diez días

El desbordamiento de la sanidad madrileña es tal que hay pacientes que presentaron síntomas, se hicieron las pruebas y llevan más de diez días sin saber si tienen el coronavirus.

A ello se une que las urgencias en los hospitales van muy lentas por culpa de falta de recursos y personal. Volcados en los pacientes infectados por el virus, los sanitarios no pueden atender convenientemente el resto de casos de traumatismos, cortes u otros accidentes.

Falta de personal, de plantilla, de medios de protección es el resumen del caos en la Comunidad de Madrid. “Lo más importante es el desabastecimiento de las medidas de protección. Es la madre del cordero”, relata Fernando Hontangas, presidente del sector de sanidad de Madrid de CSIF.

“Estamos pagando la crisis y los recortes. Hay 3.300 menos. No debería haberse recortado en personal. Nos da mucho miedo la falta de médicos, porque ya tenemos dificultades en puestos de difícil cobertura”, insiste.

“El riesgo de desbordamiento existe, pero esperamos que la Administración tome las medidas para que eso no suceda. Se están tomando las medidas correctas en cuanto a dejar de lado lo que no sean casos urgentes: los oncológicos, los cánceres…”, concluye.

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