Como cada sábado desde hace dos meses, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, se ha dirigido a los ciudadanos y, de nuevo, anunció su intención de ampliar el estado de alarma, un mes más.
Con ello, trata de mantener esta situación excepcional hasta el final de la desescalada. Eso sí, como se está haciendo, un estado de alarma asimétrico y aplicable por territorios, levantándolo en aquellos que pasen la fase 3.
Cambia el procedimiento llevado a cabo hasta ahora en la solicitud de prórroga al Congreso que se hacía cada quince días. En esta ocasión, el jefe del Ejecutivo no ha desvelado si la petición será para tres semanas, un mes más, cinco o seis semanas. Eso sí, dijo espera que sea “la última” ampliación.
No concretó esa duración por la inconcreción en la necesidad de atender la evolución de la epidemia y en función de la opinión de los expertos. Además, porque está en plenas negociaciones con Ciudadanos, ERC, PNV y Compromís, formaciones de las que necesita su voto. PP y Vox ya anunciaron que votarán en contra.
Así, Sánchez señaló que “el horizonte que vamos a plantear es aproximadamente un mes. Eso no implica que no podamos levantar el estado de alarma en algunos territorios. Si es asimétrico, lo es con todas las consecuencias”.
“Es posible que en los territorios que pasen a la nueva normalidad se levanten las restricciones de movilidad y de reunión. Sólo seguiría en aquellos territorios en los que tengamos que actuar”, añadió en su comparecencia.
Insistió en que “los tiempos los marca la epidemia y el Gobierno se basa en ello para fijar los límites temporales. Si se ve que se puede levantar en la totalidad del país o en una parte del territorio, lo haremos”. Después, fue detallando esta nueva fórmula por cada uno.
En esa prórroga de un mes más se pone fin al mando único
Por otro lado, en esta nueva prórroga de un mes más que solicitará el presidente del Gobierno se pone fin al mando único actual. Se atiende así a ciertas exigencias de ERC y PNV, que se inclinaban para sus territorios por una gestión autonómica de la desescalada. Esta, de hecho, era la condición que imponían para seguir respaldando al Ejecutivo.
A su vez, se producirá lo que Sánchez ha definido como una “desescalada institucional”. Consiste en que los ministerios de Defensa, Interior y Transportes dejan de ser autoridades competentes, como así fueron revestidos desde el 14 de marzo.
Queda como única autoridad delegada Salvador Illa, ministro de Sanidad. “Estamos en una fase completamente distinta a la del inicio de la epidemia. En consecuencia, tenemos que adecuar nuestra arquitectura institucional a esta nueva realidad, a esta desescalada, a esta nueva fase”, explicó.