“No está en sus planes (de Pedro Sánchez) por ahora” decretar de nuevo el estado de alarma. Ni siquiera parcialmente, pero no lo descarta, señalan fuentes del Gobierno. Por eso, Carmen Calvo, la vicepresidente primera del Ejecutivo, ya tiene el encargo del jefe del Gabinete de encabezar el equipo de respuesta a la Covid-19 en agosto.
Así, Calvo mantendrá contacto permanente con el comité de seguimiento del coronavirus y con Salvador Illa, ministro de Sanidad. El propósito no es otro que poner en marcha, si es necesario, cualquier medida de urgencia para controlar el avance de la epidemia. No se descarta decretar de nuevo el estado de alarma.
De hecho, la orden es que ante cualquier situación descontrolada de la evolución del virus se responda con “medidas excepcionales”, con “criterios de proporcionalidad”. Siempre, en coordinación estrecha con el Ministerio de Sanidad y de acuerdo con Moncloa y la Abogacía del Estado.
Sánchez entiende que la situación actual se mantiene dentro de lo previsto en la hoja de ruta del Gobierno. Hay rebrotes más o menos graves pero, por el momento, deben ser las comunidades autónomas quienes gestión en la epidemia. Deben hacerlo aplicando restricciones en función de la evolución de los repuntes.
Con todo, tampoco descarta aplicar otra vez el estado de alarma mediante una respuesta institucional contundente durante el mes de agosto. Todo ello, según evolucione o se descontrola en el virus, como sucede ahora en Cataluña, Aragón y Navarra.
En ese supuesto, el de la vuelta al estado de alarma, Sánchez es consciente de que sería necesario convocar un Consejo de Ministros extraordinario. Sería preciso para activar el artículo 116 de la Constitución en parte del territorio nacional.
Sánchez convocaría en 24 horas un Consejo de Ministros extraordinario si es necesario
Con la mirada puesta en ese extremo, el equipo del presidente ha elaborado el plan de vacaciones de todo el Gabinete, según Confidencial Digital.
Si fuera necesario recurrir a este mecanismo excepcional que otorga la Constitución, Moncloa valora que sean los presidentes autonómicos las autoridades competentes delegadas. Así sucedió cuando se pasó a la fase 3 de la desescalada.
La libertad de movimiento es un derecho fundamental y restringirla es una competencia estatal. Declarar el estado alarma en los territorios más afectados garantiza poder aplicar esas limitaciones, siempre y cuando una Comunidad Autónoma lo solicite al Gobierno.
En ese plan vacacional, Sánchez ha dado la instrucción expresa a los ministros para que estén “disponibles” si son convocados a un Consejo de Ministros extraordinario.
Así las cosas, el presidente del Gobierno pide a los titulares de las carteras que se mantengan atentos al móvil y “a menos de dos horas en avión de Madrid”.
De este modo, Sánchez trata de evitar una imagen de improvisación si vuelve precipitadamente a Moncloa por un incremento significativo de la crisis. También, por los posibles retrasos debidos a la ausencia de algunos ministros.
Quiere estar prevenido y tener dispuesta la maquinaria de legal si es necesario aplicar de nuevo la alarma. “Al Estado le bastan 24 horas para aprobar un nuevo estado de alarma”, señalan fuentes próximas a Sanidad.
El último Consejo de Ministros antes del descanso estival, si todo sigue así, será el del 4 de agosto. Incluso puede que ese día el presidente comparezca ante los medios para valorar la situación política y sanitaria. A partir de ahí, dos semanas si la reunión del Gabinete.
El presidente pasará unos días en Doñana totalmente conectado
Con todo y con eso, permanece un retén de guardia con el encargo explícito de responder con celeridad en caso de ser necesario controlar la evolución de la epidemia por parte del Gobierno.
La intención de Sánchez es pasar unos días de descanso con su familia en el Palacio de las Marismillas, en el Parque Nacional de Doñana. La elección del lugar no es casual. El complejo dispone de una sala completamente preparada para todo tipo de conexiones a nivel nacional e internacional.
El propio presidente cumple, de ese modo, con su propósito de estar lo más cerca posible de Madrid por si fuera necesario su regreso de urgencia al despacho presidencial.