Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, ha manifestado este miércoles en la Cámara Baja que mantiene la decisión de conceder los indultos a los políticos independentistas que se encargaron de organizar el procès en Cataluña, considerándolo como un primer paso para la apertura de una etapa de diálogo.
Aún así, aclaró que “no habrá referéndum de autodeterminación”, ya que el Gobierno actuará “con la máxima firmeza”, para que se cumpla la ley.
Añadió, además, que el PSOE “nunca jamás” apoyará que se reforme la Constitución con el objetivo de legalizar una consulta independentista.
Sánchez ha asegurado este miércoles en el Congreso que “no habrá referéndum de la Constitución”. Aclaró, “salvo que quienes los defienden consigan convencer a las tres quintas partes de esta Cámara para que se modifique el artículo 2 de la Constitución”. “Y los españoles ratifiquen esos cambios en referéndum”, añadió.
Sin embargo, dejando a un lado la negativa del Partido Socialista a una reforma constitucional que permita el referéndum, sí se ha mostrado dispuesto a trabajar con el fin de “devolver la normalidad a la vida política y a Cataluña”. En este aspecto, ha advertido de que “la vía judicial no vale por sí sola para garantizar la convivencia”. Según Sánchez, “no debemos hacer recaer en los tribunales nuestra propia responsabilidad política”.
El argumento ha servido de justificación para explicar que los condenados del procès, se encuentren ya en la calle. Considera que era de “utilidad pública” para adentrarse en un nuevo escenario, el de la “concordia”.
Sánchez, sosteniendo que las acciones políticas “no son verdades matemáticas”, ha indicado que no hay “garantías definitivas” de que este paso resuelva la crisis. Aún así, ha reconocido que existen “hechos objetivos” que sirvan para “aliviar y facilitar el diálogo”.
Rememorando el espíritu del 78, el presidente del Gobierno ha manifestado: “Es el tiempo de trabajar desde la política y el Gobierno hará política”.
Aceptando que habrá “muchas dificultades”, como ocurrió en la Transición y, por entonces, los políticos fueron capaces de “llegar al acuerdo trascendental que es la Constitución”. “Si fue posible entonces, creo que es posible ahora”, ha zanjado Sánchez.
Con este argumento, el presidente del Gobierno se ha dirigido a Pablo Casado, presidente del PP, para que su partido se sume “al camino de la esperanza”. Y que se convierta en “una fuerza de oposición europea y de Estado”. De este modo, el desafío catalán tendría más fácil solución.