Crece la tensión y varios países europeos y EEUU cierran filas en torno a Theresa May.
Después de que la primera ministra británica, Theresa May, confirmara la orden de salida de 23 ciudadanos rusos, Sergei Lavrov, ministro de Exteriores de Rusia, ha anunciado que ordenará “sin duda” que un grupo de diplomáticos británicos abandone territorio ruso. En sus declaraciones a una agencia de ese país, aseguró que lo anunciará próximamente, aunque no detalló más ni sobre momento ni sobre el número de diplomáticos expulsados, además de que, previamente, informará a las autoridades británicas. Por su parte, Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, ha afirmado que “la reacción no se hará esperar”, si bien ha matizado que la decisión final corresponde al presidente Vladimir Putin, que, en palabras del portavoz, “escogerá sin duda la variante que más convenga a los intereses de la Federación Rusa”.
El conflicto viene motivado por el ataque con gas nervioso que sufrieron en Salisbury el ex espía ruso Sergei Skripal y su hija, ambos en estado crítico. Las autoridades británicas están convencidas de que el responsable último de este incidente es Moscú, ya sea porque se actuó por orden directa del Kremlin, o por no controlar un arma prohibida. El Gobierno ruso insistió ayer en que no tiene nada que ver y que las acusaciones de Londres son “infundadas”, mostrándose dispuesto a colaborar en las investigaciones, invitando a Londres a que sigan los protocolos internacionales para este tipo de asuntos.
Sin respuesta de Downing Street
María Zajarova, portavoz del ministerio de exteriores ruso, ha asegurado que “se han enviado varias notas diplomáticas al Foreign Office a través de la embajada rusa en Reino Unido, con el objetivo de lanzado un diálogo activo con las autoridades en Londres. No hemos recibido respuesta”. Para la portavoz, todo es un plan para “mostrar que Damasco utiliza armas químicas y Rusia lo apoya, y la culminación de todo eso sería el uso por Moscú de sustancias químicas en territorio británico”. El Gobierno ruso habla de “provocación” en el marco de una campaña a nivel internacional contra Rusia. Las relaciones de Moscú con la Unión Europea están deterioradas y este incidente diplomático podría agravarlas ya que Bruselas está dispuesta a tomar una posición común en apoyo a May. El Kremlin está preparado para restablecer relaciones con la UE, pero Lavrov ha advertido que sólo será “cuando nuestros vecinos europeos pierdan interés en seguir las tendencias rusófobas de Estados Unidos, que incluyen sanciones y provocaciones”.