Rufián desata la bronca en el Congreso y dice que Felipe VI es el diputado 53 de VOX

Rufián desata la bronca en el Congreso y dice que Felipe VI es el diputado 53 de VOX

Tremenda bronca en el Congreso de los Diputados provocada por Gabriel Rufián, portavoz de ERC, cuando interpelaba a Juan Carlos Campo, ministro de Justicia. Pidió explicaciones sobre la situación sanitaria y la inhabilitación de Quim Torra y dijo que “Vox tiene 53 diputados” porque “tiene uno en la Zarzuela”.

Llegó a mostrar una fotografía del Rey cuando era niño indicando que “tienen razón. A Felipe VI le votó un español, es Francisco Franco, tenía unos diez años él”.

Hacía, así, referencia a unas declaraciones de Pablo Casado, líder del PP, en una entrevista en Onda Cero. En ella, afirmó que la monarquía parlamentaria la votaron todos los españoles en 1978. Sin embargo, a Pablo Iglesias y a Alberto Garzón no los habían votado pero estaban en el Gobierno.

Fue al afirmar Rufián que el partido de Santiago Abascal tenía 53 diputados cuando se montó la bronca. La bancada de Vox y de los populares protestaron enérgicamente lo que motivó que Meritxell Batet, la presidente del Congreso, llamara al orden.

El ministro responde a Rufián

El titular de Justicia apenas pudo responder sobre la sentencia del Supremo al portavoz republicano porque dedicó casi toda su intervención al asunto sanitario. No obstante, sí llegó a destacar que la resolución del alto tribunal fue “por unanimidad”.

A su vez, recordó a Rufián que “la justicia se imparte, en nombre del Rey, por jueces independientes. Y en eso creo, y defenderé hasta la última gota de mi sangre a la monarquía, al Estado constitucional y a la Justicia”.

Pasado el turno del ministro, fue Casado quien intervino, entendiendo que el diputado republicano había vertido “conceptos ofensivos a las instituciones del Estado”. Pidió, en consecuencia, que se retiraran “del diario de sesiones”.

El líder popular llegó a increpar a Batet al señalar que la presidente “tiene la responsabilidad de no tolerar la acusación de Rufián diciendo que la jefatura del Estado es autoritaria”.

Además, recordó, “ya lo hizo Bildu en la sesión de investidura y usted no hizo nada”, reprochó. “No se puede agredir así a las instituciones con la complicidad del Gobierno. No todo vale”, sentenció.

Casado chocó con la negativa de Batet

Batet replicó afirmando que en su función como máxima autoridad del Congreso hace una “interpretación” al amparo de la libertad de expresión de los diputados. Además, indicó, no se había proferido insultos.

Así, subrayó que habrá cosas que no gusten pero que su “papel como presidenta es mantener la libertad de expresión”, reiteró. También recriminó el tono de la sesión, con numerosas interrupciones y apelaciones.

Esto causó que Batet tuviera que pedir silencio a sus señorías en varias ocasiones. De hecho, reclamó “contención”, “respeto” y “educación”. “Esta sesión no ha sido un ejemplo”, matizó.

Por su lado, Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, también pidió la palabra para que se pusiera fin a las manifestaciones contra la Casa Real. La presidente del Congreso, en cambio, no permitió que interviniera porque sería un debate no “pertinente”.

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