Rivera se posiciona como jefe de la oposición a pesar de haber obtenido menos escaños que el PP.
Con la idea de que el ser líder de la oposición no es un cargo, sino que es una actitud, ha llegado Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, a la reunión en Moncloa convocado por Pedro Sánchez, jefe del Ejecutivo en funciones. Una reunión que ha durado unos 50 minutos.
Rivera ha trasladado a Sánchez, nada más iniciarse el encuentro, que no pondrá fácil la formación de un Gobierno sino que, más bien, va a actuar como líder de la oposición, independientemente de que el PP haya obtenido más escaños que su formación. El líder de C’s ha dejado claro el enfrentamiento con Sánchez en temas como la política territorial y la económica: por un lado ha exigido la aplicación, de forma inmediata, del artículo 155 en Cataluña y se mantenido en contra de cualquier subida de impuestos. A la vez de manifestar estos reproches, el líder de la formación naranja, ha tendido su mano para abrir negociaciones respecto a cuatro pactos de Estado: educación, despoblación, inmigración y seguridad, y en la lucha contra el terrorismo.
Respecto a las formas y el contenido, la reunión con Rivera dista mucho de la celebrada el día anterior con Casado. Además del tiempo de duración, también por la disputa por el liderazgo que mantienen las dos formaciones de derechas, C’s y PP. Alusiones a la diferencia de trato por el simbolismo utilizado por parte de Moncloa: Casado fue citado en primer lugar, incluyendo la sala ofrecida para la posterior rueda de prensa, en la que el líder de los populares utilizó la sala de prensa donde se producen las comparecencias tras el Consejo de Ministros y, en cambio Rivera, ha debido utilizar otra más pequeña.
Por su parte, desde Moncloa, se ha trasladado que el encuentro se ha realizado de modo “fluido y cordial”, pero sin utilizar el calificativo de “afable”, como sí ocurrió el día anterior con Casado.
En relación al fondo de la reunión, mientras Casado desde el primer momento evitó discrepancias y, posteriormente, accedió a mantener un diálogo fluido acerca del tema de Cataluña. Rivera, por el contrario, desde el primer momento ha marcado sus líneas rojas, y respecto a Cataluña exigen la aplicación del 155: “Le he ofrecido que me llame al minuto si va aplicar el 155”.
El líder de la formación naranja, además de la aplicación del 155, ha planteado al presidente del Gobierno en funciones cuatro pactos de Estado. Referentes a educación, despoblación, inmigración y seguridad y lucha contra el terrorismo. Afirma que llevará a cabo una oposición “firme” aunque “leal a los españoles y con sentido de Estado”.
Desde Moncloa se ha querido poner el punto de atención en estas reuniones cuyo objeto es “normalizar las relaciones institucionales y el diálogo político” tras la dura campaña electoral, pero no hablar de los apoyos que recibirá al Gobierno puesto que la convocatoria de esas consultas corresponde al Rey.
El líder de la formación naranja ha mantenido desde el primer momento que su partido votará en contra de la investidura de Sánchez, a pesar de la invitación de Casado de abstenerse. Antes de la reunión, Rivera ya había traslado en unas declaraciones: “Nosotros no estamos para corregir lo incorregible, que es Pedro Sánchez”.