El relato de Putin empieza a desmoronarse en Rusia

El relato de Putin empieza a desmoronarse en Rusia

El relato de Putin respecto a la guerra en Ucrania empieza mostrar síntomas de agotamiento y ciertas grietas internas.

A medida que la contraofensiva ucraniana ha ido tomando forma y se ha materializado en la liberación de ciudades, el escepticismo ha ido instalándose en las cúpulas rusas.

De hecho, se teme que las fuerzas de Rusia sean incapaces de contener el avance de las tropas de Ucrania por Donetsk o Lugansk.

Poco a poco han caído localidades en manos rusas desde hace meses. Asimismo, las Fuerzas Armadas de Ucrania tomaron Limán esta semana, un enclave estratégico de vital importancia porque es la puerta de entrada a Lugansk.

Incluso, que pudieran llegar a Crimea, cuyo puente de Kerch, el que une Rusia con la península anexionada en 2014, quedó parcialmente destruido este sábado.

Tal es así que Vladimir Konstantinov, presidente del Consejo de Estado crimeo, ha acusado a Ucrania de perpetrar un atentado terrorista con un camión bomba.

Ante el avance hacia el este y el sur del Ejército ucraniano, el Kremlin argumentó que sus retiradas eran repliegues tácticos.

Sin embargo, los analistas occidentales señalan que se ha producido un punto de inflexión.

De ahí que Vladimir Putin ordenara el 21 de setiembre la “movilización parcial” de la población, unos 300.000 reservistas cree Moscú.

Los reservistas rusos llevan sus propios primeros auxilios

Una movilización que provocó numerosas protestas en muchas ciudades rusas, especialmente en San Petersburgo y la capital de Rusia.

Unas protestas, a su vez, que se han saldado con más de 2.300 detenciones, según la ONG OVD-Info.

El relato de Putin ya no vale en Rusia

Desde el principio, Putin ha querido controlar el discurso y, para ello, no le ha temblado el pulso para endurecer las leyes contra todo aquél que disienta.

Incluso que se atreviera a hablar de “guerra” o “invasión”, ni, por supuesto, se admitía crítica alguna al trabajo del Ejército ruso.

Podría ser constitutiva de un delito, algo que las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos han percibido con estupor.

Sin embargo, los últimos acontecimientos han llevado a que hay quienes piensen en la cúpula que hay que cambiar el relato.

En ese sentido, Andrei Katapolov, presidente de la Comisión de Defensa de la Duma, proclamó que tienen que “dejar de mentir”. “Nuestra población no es estúpida”, sentenció.

Asimismo, la Inteligencia estadounidense ha detectado críticas en el entorno más cercano del presidente ruso.

Según The Washington Post, sin dar nombres, confirmó que uno de los principales asesores del mandatario está enfrentado directamente a él.

Además, crece el malestar, especialmente por las carencias de mando y logística que se han evidenciado durante este tiempo de invasión.

Así las cosas, se podría resumir el sentir de buena parte de la élite rusa con: “Hay muchas personas convencidas de que esto no va bien”.

Se abre un poco la mano

Ante esta situación, Moscú habría empezado a permitir a sus medios afines que hablen de ciertos errores.

Se teme que esa especie de adoración a Putin se vuelva en contra y haga crecer el descontento que se manifestó anteriormente ante la movilización.

Una llamada a filas que, por cierto, provocó un auténtico éxodo de ciudadanos reclutables tratando de huir de Rusia.

Pese a todo, hay ciertas líneas rojas que no se pueden traspasar, como la crítica directa a Putin. O a los argumentos con los que justificó la invasión.

No obstante, nadie en Occidente cree que se levanten los criterios informativos que causaron que medios como Novaya Gazeta cerrara hasta nuevo aviso.

Pero las cosas no parece que vayan a ir a mejor. La guerra lleva ya siete meses y no hay a la vista signos de victoria militar alguna.

El ámbito diplomático, a su vez, aparenta ser un camino agotado por ahora. Más aún desde que esta semana Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, firmara un decreto prohibiendo directamente negociar con Putin.

Por su lado, Rusia ha dejado claro que no hará concesión alguna, política o militar, para que haya negociaciones.

Ante esa condición, Zelenski asegura que no firmará un armisticio que suponga dejar en manos rusas territorio ucraniano según el Derecho Internacional. Y en eso estamos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *