La recuperación del poder en Afganistán por los talibán abre un periodo de incertidumbre en la que Hibatulá Ajundzada será la voz principal. Es él quien está al frente de los insurgentes que ahora gobernarán el país centroasiático.
Hibatulá Ajundzada es el máximo dirigente de los talibán desde 2016, tras la muerte de Ajtar Mohamed Mansur. Éste sucedió al fundador, el mulá Omar después de su muerte, sucedida en 2013 pero que se conoció en julio de 2015.
Figura enigmática, no se sabe mucho de Hibatulá Ajundzada. Luchó contra los soviéticos y fue el principal juez en aplicación de la shari en Afganista durante los años 90.
Tiene a su cargo los asuntos políticos, religiosos y de seguridad de los insurgentes. Para su desarrollo cuenta con otras tres figuras, aunque es él quien decide.
Por otro lado, se encuentra Abdul Ghani Baradar, uno de los confundadores y rostro más visible de los talibán. Lidera la delegación que negocio el acuerdo de paz con Estados Unidos y, actualmente, es con quien negocia el Gobierno afgano.
De él se sabe también que huyó a Pakistán después de la última invasión de Afganistán. Allí entró en prisión en 2010, pero los estadounidenses pidieron su liberación en 2018 para que participara en las negociaciones.
Dentro del movimiento talibán es muy respetado. Se supone que jugará un importante papel en futuro del país ya que es el responsable de la oficina política.
Además, figura Mohamed Yaqoob, hijo del mulá Omar y responsable de las operaciones militares talibán. Se desconoce casi todo de él, a tal punto que no existe ninguna imagen suya.
Sí se sabe que Mohamed Yaqoob está detrás de los mensajes a sus combatientes instando a no atacar propiedades privadas. Dirige las provincias del sur del país.
Asimismo, entre los máximos dirigentes figura Sirajuddin Haqqani, uno de los más controvertidos. Su importancia reside en que es el líder de la Red Haqqani desde la muerte de Jalaluddin Haqqani, su padre. Está al cargo de las provincias del este.
Puesto que se desconoce su actual paradero, Estados Unidos ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por información sobre él. Se le tiene como uno de los miembros de este grupo responsable de los ataques más violentos contra las fuerzas internacionales y estadounidenses.
A todo el grupo se lo considera organización terrorista por parte de Estados Unidos.