Querida Cataluña, rica y plena

Por Florentino Rogero.

Sin fronteras, sólo horizontes. Sólo libertad
Amelia Earhart.

Hace unos días en el diario británico The Independent, el ilustre profesor de historia Jeremy Black recordaba algunos hechos relevantes. Así, bajo el título “Querida Cataluña, si vas a organizar una revolución, debieras tener en cuenta….” recordaba los hechos presenciados por un visitante londinense en el Paris de julio de 1789. Unos hechos que refieren su encuentro con el cuerpo, decapitado, desnudo y ensangrentado de monsieur Foulon arrastrado por el populacho. Posteriormente, en un paseo por las Tullerias, el referido visitante pudo contemplar las cabezas de dos Guardias de Corps transportadas por la multitud a Paris, en la punta de dos picas.
“¿Suena familiar?” se preguntaba el profesor, a lo que él mismo se respondía con un categórico: “No a los catalanes”.
Este sangriento recordatorio histórico, quizás pueda parecernos exagerado y catastrofista. Sin embargo en vísperas de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, todo hacía presagiar que Cataluña y España se encaminaban lamentablemente hacia una nueva catástrofe política de las que no han sido infrecuentes en nuestra historia.
Así el periodista Joao Miguel Tavares sucumbía también al pesimismo histórico en las páginas del diario portugués Público. En un artículo titulado: “Cataluña: Esto lo tiene todo para acabar mal”, sostenía que “En casos como este, la convicción absoluta de tener el monopolio de la razón, es el primer paso para el desastre. Es posible que sea necesario que alguien muera para que el griterío cese”.
De este modo se interpretaban fuera de nuestro país, los acontecimientos que se desarrollaban en Cataluña. Que estos negros presagios no se hayan materializado, no es sino la muestra más evidente de lo mucho que se ha civilizado nuestro país en el último siglo y la prueba de que Ortega y Gasset tenía razón, “Europa es la solución”.
Con la aprobación por el Parlament de Catalunya, los días 6 y 7 de septiembre, de la Ley de Referéndum de Autodeterminación así como de Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República y el posterior desarrollo del referéndum del 1 de octubre, celebrado sin las mínimas garantías, en clara ilegalidad y contra el criterio del Tribunal Constitucional que había anulado su celebración, se abría una negra perspectiva para Cataluña y para el conjunto de España, como se ponía de manifiesto en la prensa internacional.
Tras las sucesivas declaraciones de independencia, la primera de fecha 10 de octubre, anunciada e inmediatamente suspendida por el President Carles Puigdemont y la segunda el día 27 de octubre, aprobada en el Parlament con el voto favorable de 70 de sus 135 diputados autonómicos, llegó la independencia.
Una independencia que en la mitología secesionista traería consigo la Cataluña rica y plena con la que soñaban los casi 2 millones de votantes que el 27 de septiembre de 2015 votaron por las opciones políticas secesionistas defendidas por los 70 diputados del Si a la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). Por fin, el 27 de octubre, esos 2 millones de votantes, es decir poco menos del 37% del censo electoral, cifrado en 5,5 millones de electores en las referidas  elecciones autonómicas, traían, con su derecho a decidir, la arcadia feliz  para los 7,5 millones de ciudadanos residentes en Cataluña.
Sin embargo los hechos ciertos se acaban por imponer a los mitos y el  movimiento de liberación nacional de Cataluña, a pesar de su reiterado slogan “som gent de pau” (somos gente de paz) dejó ver la auténtica naturaleza violenta del proyecto separatista. Un proyecto que, obviando la absurda pretensión secesionista de establecer «un tratado de doble nacionalidad con el Gobierno de España», pasa por imponer la nacionalidad catalana a todos los ciudadanos residentes en Cataluña, ya que es en dicha comunidad donde han nacido y donde desarrollan su vidas y en la que de no asumir dicha nacionalidad, pasarían de un día para otro a ser extranjeros, auténticos parias en su propia tierra. Una nacionalidad catalana cuya posesión se impone en el art. 17.5 de la Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República a todos los trabajadores públicos que desempeñen puestos de trabajo que impliquen “el ejercicio de poder público”, es decir a todos los empleados públicos.
La violencia política del proyecto independentista, pasa asimismo por la privación a todos los catalanes del pasaporte de la Unión Europea al que como ciudadanos españoles tienen pleno derecho, así como por la mentira y por la ocultación de las verdaderas consecuencias políticas y económicas de la secesión.
Desde entidades como el colectivo Wilson, el colectivo EMMA,  Ómnium Cultural o la Asamblea Nacional Catalana (ANC) cuyo objetivo es articular el “proces” para alcanzar la independencia política de Cataluña, se ha pretendido convencer a los seguidores del movimiento de que la secesión era posible sin violencia armada y sin coste alguno. Ni las élites políticas y funcionariales secesionistas, que promueven el “proces” como medio para la conquista absoluta del poder político en Cataluña, ni los colectivos culturales, ni los medios de comunicación sostenidos con las subvenciones y la publicidad de la Generalitat, explicaron a los catalanes el altísimo precio de la aventura.
Nadie explicó a los catalanes que las prometidas estructuras de Estado y el anunciado control de  fronteras, infraestructuras, puertos y aeropuertos no se producirían de forma gratuita, espontánea y pacífica. Nadie explicó a los catalanes que la independencia de las naciones y la creación de nuevas fronteras no ha sido nunca, a lo largo de la historia, un regalo amable de los Reyes Magos.  Y así en los primeros días de noviembre, la Cataluña más rica y plena de la historia, comenzaba a despertar a la realidad, descubriendo que la “revolución de las sonrisas” producía una gravísima incertidumbre con muy severos trastornos en su economía.
Cataluña es hoy, en 2017, una región europea rica, que cuenta con un margen de autonomía política como no tuvo antes en su historia; es una Comunidad Autónoma española que pertenece al selecto grupo de regiones más ricas de la UE de 28 países,  ya que tres de cada cuatro de las 276 regiones NUTS-2 de la UE28 presentan un PIB per cápita en paridad de poder de compra (PIBpc en ppc) inferior al de Cataluña. Así, de acuerdo con los últimos datos publicados por la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat) correspondientes a 2015, Cataluña presenta un PIBpc en ppc del 107%, que supera la media 100 de la UE28 y sitúa a Cataluña por encima de la media española 90% y por encima de países como Italia 96% o Francia 106%, en un nivel de riqueza similar al del Reino Unido 108% o Finlandia 109%. De acuerdo dichos datos  sólo siete países de la UE28 superan claramente en PIBpc en ppc a Cataluña: Bélgica 119%, Dinamarca 127%, Alemania 124%, Irlanda 177%, Luxemburgo 264%, Holanda 128% y Suecia 124%.
Es preciso recordar que esto no fue siempre así. Hace tan sólo veinte años, en 1996, Madrid era la única autonomía española que con un PIBpc en ppc 100,6% superaba la media 100 de la entonces UE15, mientras Cataluña se situaba en segunda posición con un PIBpc en ppc del 99,1%, por encima de la media del conjunto de España 78,7%.
Asimismo, de acuerdo con los datos de la serie histórica del profesor Prados de la Escosura, desde el final de la dictadura en 1975, el PIB pc medio del conjunto de la economía española ha seguido una trayectoria espectacular, pasando de 1.009€ en 1975 a 23.178€ en 2015. Este importante crecimiento del PIBpc no ha sido exclusivo del conjunto de España, ya que Cataluña presenta un PIBpc medio sistemáticamente superior a la media española, un 19% superior en media anual de los últimos 16 años.
Así, según la Contabilidad Regional de España (CRE) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la primera estimación de datos de 2016, arroja para Cataluña un PIBpc medio de 28.576€, que resulta un 19,2% superior a la media del conjunto de España, cifrada en 23.979€.
En este contexto, a pesar del esfuerzo de los secesionistas por ocultar las verdaderas consecuencias de la secesión, no han tardado en aparecer los costes ocultos  anunciados por las agencias de calificación de deuda, el FMI o la Comisión Europea.
Unas consecuencias, que en lo económico pasan por el riesgo real de un corralito bancario, que percibido por muchos ahorradores catalanes provocó una autentica estampida de depósitos de particulares hacía otras ciudades españolas. Tras los depósitos, salieron de Cataluña los bancos, deslocalizando sus sedes sociales junto con otras más de 2700 empresas, entre ellas las de mayor volumen de facturación de la economía catalana, que abandonan Cataluña ante la certeza de verse fuera de la eurozona y del mercado de 500 millones de consumidores que representa la UE. Una deslocalización de sedes, que caso de materializarse la secesión, no sería más que el heraldo de la inevitable deslocalización de la producción y el empleo.
En este escenario, el paro registrado del mes de octubre aporta un nuevo dato negativo y arroja para Cataluña el mayor crecimiento intermensual en un mes de octubre desde 2008, una tasa del 3,67% que dobla la española cifrada en el 1,67%.
Asimismo, de acuerdo con los datos de Coyuntura Turística Hotelera correspondientes al mes de octubre, publicados por el INE el 23 de noviembre, el número de viajeros alojados en establecimientos hoteleros de Cataluña ascendió a 1.654.341 personas, lo que representa un total de 76.656 viajeros menos que en octubre de 2016 y supone un descenso interanual del -4,4% (España 2,0%), que resulta 11,2 puntos porcentuales inferior al crecimiento interanual del 6,7% registrado en octubre de 2016. Así, mientras Cataluña presenta la más grave contracción del número de viajeros recibidos en todos los meses de octubre desde octubre de 2012, el sector turístico español en su conjunto, continua, mes a mes, batiendo records históricos en número de viajeros, octubre de 2017 es el mes de octubre con mayor número de viajeros recibidos por el sector hotelero español en el conjunto de la serie histórica 1999-2017.
El descenso del número de viajeros recibidos en Cataluña el pasado mes de octubre, sitúa a esta autonomía como la segunda región española con mayor descenso interanual del número de viajeros recibidos en octubre, solo por detrás de la Rioja, una región con la que no es comparable por carecer esta de la dimensión y el potencial turístico de Cataluña.
Por el origen de los viajeros, este descenso se reparte de forma análoga entre viajeros residentes en España y residentes en el extranjero. Así, el descenso del número de viajeros residentes en España recibidos en octubre en Cataluña, resultó un 5,9% inferior a los recibidos en octubre del año precedente, siendo 36.899 viajeros menos que en el mismo mes de 2016. Por su parte el número de residentes en el extranjero se redujo en octubre un 3,6% en relación a octubre del año precedente, es decir 39.758 viajeros menos.
Por provincias el descenso interanual del número de viajeros fue más intenso en Girona -12,4%, Barcelona -4,5% y Lleida -1,8%, registrándose por el contrario un incremento interanual del 6,2% de los recibidos en Tarragona.
Cataluña es ya una región rica y plena, sin embargo está poniendo en peligro su prosperidad como consecuencia de la incertidumbre política y económica generada por el proceso secesionista, un proceso, que no solo no ha obtenido ningún reconocimiento internacional, sino que ha sido calificado como veneno desde las más altas instancias de la Unión Europea.

3 thoughts on “Querida Cataluña, rica y plena”

  1. Q articulo mas bien documentado y desgraciadamente es real todo el desgaste y empeoramiento q esta trayendo y va a traer a cataluna y a espana entera. Unos personajes nefastos q la historia se encargara de colocar donde se merecen.
    Gracias por esra reflexion tan bien esplicada
    Lucia fdez aparicio

  2. Y, en el fondo de todo este «proces «, no estarán ocultos otros «asuntos» que no quieren que se investiguen ( ? )…O son tontos del culo, o pretenden tapar cosas que no les conviene aparezcan. El 3%, tal vez…?

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