¿Qué hacer en plena ola de calor para no morir en el intento?

¿Qué hacer en plena ola de calor para no morir en el intento?

Nos encontramos en plena ola de calor debido a la llegada de una masa de aire africano con polvo en suspensión. La situación que se alargará hasta el lunes.

La salud puede resentirse seriamente por las altas temperaturas. Los expertos afirman que en una ola de calor, regular la temperatura del cuerpo es un estrés añadido a nuestro organismo.

Así, la temperatura corporal ideal es de entre 35o y 37o. Si supera esos grados, hay que enfriarse, para lo cual el organismo hace un esfuerzo extra. Se consume, para ello, mucha energía.

Pero, claro, no todas las personas reaccionan igual ante el calor y la canícula. Los colectivos más vulnerables son los de personas mayores, niños menores de 4 años, mujeres embarazadas y trabajadores al aire libre. Los golpes de calor son los mayores enemigos especialmente de estos últimos.

Por ello, las autoridades sanitarias insisten en una serie de recomendaciones ante una ola de calor para más o menos llevarla bien. Entre ellas, la primera es evitar salir a la calle en las horas centrales del día.

Ante una ola de calor, mejor no salir a la calle

El sol incide verticalmente y lleva toda la mañana incidiendo sobre el suelo, provocando una alta temperatura ambiental. Por ello, lo mejor es no salir entre las 12:00 y las 20:00 horas. Más aún si se pertenece a uno de los colectivos emncionados.

Otra recomendación en la que hacen hincapié las autoridades sanitarias es mantenerse hidratado. No vale cualquier bebida, debe ser, preferiblemente, agua. Y no esperar a tener sed para beber agua, sino hacerlo regularmente y no de golpe.

Si se bebe mucha agua de golpe, el riñón tenderá a desechar buena parte de ella. Por eso es mejor dosificar y beber poco a poco. También relacionado con el agua, refrescar el cuerpo, mojando los tobillos, las muñecas y el cuello con un paño fresco y húmedo. Todo ello contribuirá a que el organismo regule mejor la temperatura.

Comer y cenar ligero

Por otro lado, también ayudará evitar las comidas abundantes, con mucha grasa o pesadas. La digestión supone un esfuerzo físico importante, aun estando en reposo. Por ello, se recomienda que las comidas sean ligeras, especialmente por la noche, acompañadas de frutas, verduras o zumos.

Asimismo, conviene reducir la cafeína, el azúcar y el alcohol. El café y las bebidas alcohólicas se convierten en un enemigo con la llegada de una ola de calor. Respecto a la cafeína, acelera el metabolismo. En cuanto al azúcar, el organismo tiene que desechar el exceso.

Para ello, se tira de energía, lo que desgasta nuestras reservas en el cuerpo. Con el alcohol sucede algo parecido ya que aporta muchas calorías y dilata los vasos sanguíneos. El alcohol descompensa y deshidrata.

El deporte, de noche

Obviamente, se debe evitar hacer deporte durante el día y esperar, en la medida de lo posible, a la noche para practicarlo. Por supuesto, hay que hidratarse antes, durante y después de hacer ejercicio.

En cuanto a la ropa que llevar, mejor si es ligera, holgada y que deje transpirar, aconseja el Ministerio de Sanidad. Lo mejor es evitar utilizar ropa de tejidos sintéticos y optar por el algodón fino. Y es que la ropa debe servirnos para protegernos del sol, pero también debe permitir que se evapore el sudor.

Por otra parte, en las casa se acumula mucho calor. De ahí que la recomendación para que no entre más calor es cerrar durante el día y ventilar por las noches. Es decir, cerrar ventanas y bajar persianas y esperar a abrir cuando llegue la noche.

Ropa ligera y transpirable

Puesto que no siempre se puede evitar salir a la calle, en caso de hacerlo, se debe buscar la sombra. Además, es más que recomendable llevar una gorra o un sombrero, nos protege la cabeza y puede evitar el temido golpe de calor.

Asimismo, la ducha para refrescarnos también tiene sus ‘normas’. No conviene que, si estamos muy acalorados, nos metamos repentinamente en una ducha o baño de agua fría.

Se puede producir una hidrocución, lo que se llama un corte de digestión. El repentino cambio de temperatura puede ocasionar incluso problemas cardiovasculares. Por tanto, lo mejor es optar por una temperatura tibia en el agua e ir enfriando paulatinamente.

Con la ola de calor, se dispara el uso del aire acondicionado

Por otra parte, tampoco creamos que el aire acondicionado es la panacea. Es cierto que produce un alivio inmediato, pero también reseca el ambiente. Al disfrutar del alivio se reduce la sensación de necesidad de beber agua, por lo cual no podemos olvidarnos de hidratarnos.

A nivel de efectos en la salud, el organismo reacciona ante el aire acondicionado regulando la temperatura corporal. La piel se dilata, la sangre va a la piel y baja la tensión. Es decir, se pueden producir síncopes y mareos.

Por cierto, si la habitación está a 35o grados o más, es mejor no poner en marcha el ventilador. Esos aparatos sólo mueven el aire, no lo enfrían.

Para terminar, recordar que mareos, vómitos, visión borrosa, dolor de cabeza, fatiga e inestabilidad son síntomas clásicos de los golpes de calor. Por ello, con la llegada de una ola de calor hay que estar muy vigilantes a estos. Si persisten, hay que acudir inmediatamente a un médico.

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