Los países “hostiles” tienen que pagar en rublos el suministro de gas ruso, según el decreto que Vladimir Putin, presidente de Rusia, firmó este jueves.
Además, si no cumplen con esta obligación, se cortará el suministro. Es la respuesta a las sanciones por la invasión rusa en Ucrania.
Así, los países compradores tienen que disponer de una cuenta en rublos en bancos rusos. No se considerarán válidos los pagos en dólares o en euros.
Si se incumple la norma, Putin amenaza con suspender los contratos y se dejaría de suministrar gas ruso a esos países que no cumplan.
En ese sentido, ha justificado la medida como la respuesta al bloqueo de activos por parte de Estados Unidos y la Unión Europea.
Asimismo, ha reclamado “el derecho a la libertad de Rusia”. A su juicio, su país está siendo castigado por no “sacrificar sus intereses y valores tradicionales”.
En cambio, sigue dispuesto a cumplir su parte de lo que corresponde en el suministro y precios. Algo en lo que ha abundado Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin. “No habrá cambios para los receptores del gas ruso que paguen”, aseguró.
Incluso Putin ha conversado con Olaf Scholz, canciller alemán, después de que el Gobierno de Alemania haya declarado el nivel de “alerta temprana” por el riesgo de un corte de suministro de gas.
Alemania y el conjunto de la Unión Europea han rechazado pagar en rublos porque no es así como se fijó en el contrato.
De los casi 10.000 millones de dólares que ingresó Rusia por sus exportaciones de gas, 6.000 corresponden a 20 países “hostiles”.
Estos son: Alemania, Austria, Bulgaria, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Letonia, Lituania, Macedonia, Países Bajos, Polonia, República Checa, Rumanía y Suiza.