Ayer, Quim Torra, presidente de la Generalitat, fue ratificado como diputado por la Mesa del Parlament, rechazando de este modo la petición de Ciudadanos para que se le retirara su escaño.
La Junta Electoral Provincial (JEP) de Barcelona declaró vacante su puesto en el Parlamento catalán. Cumplía con la inhabilitación de Torra dictada por la Junta Electoral Central (JEC) y ratificada por el Tribunal Supremo.
El órgano rector del Parlament tomó la decisión con los votos en contra de JxCat, ERC y PSC-Units. Cs fue el único que votó a favor. El resto de partidos no tienen derecho a voto, aunque participen en las reuniones de la Mesa. En cualquier caso, neoconvergentes y republicanos suman mayoría absoluta.
Los letrados de la Cámara catalana presentaron un informe en el que rechazan que la JEC tenga competencias para retirar el acta de diputado al presidente catalán y lo confirman en el cargo. La Mesa se ha limitado a seguir su criterio.
En este documento, además, plantean lo contrario a lo sostenido en diciembre en las alegaciones presentadas contra el acuerdo de la JEC. En ellas alertaban de que la pérdida de la condición de diputado de Quim Torra implicaba que dejaría de ser president.
Como consecuencia de esta decisión de ayer, también se rechaza la petición del PP para que Roger Torrent, presidente de la Mesa, iniciara los contactos para elegir un nuevo jefe del Govern.
Asimismo, siempre según fuentes parlamentarias, el órgano rector de la Cámara catalana ha aprobado presentar ante el Tribunal Supremo un recurso contra el acuerdo de la JEC del 3 de enero. En ella se inhabilitaba a Torra como diputado. Los votos fueron los mismos que rechazaban la inhabilitación.
No se ha abordado la decisión de la JEP porque no se ha recibido la comunicación oficial de la resolución, según otras fuentes parlamentarias.
Es difícilmente entendible la posición del PSC, al margen de la intromisión de la JEC por falta de competencia, la desobediencia probada y sentenciada del President de la Comunidad convierte a Torra en inhabilitado y en ningún caso las triquiñuelas formales o procesales le pueden exculpar.
Si quienes incumplen las normas quedan impunes, a la sociedad se le roba cualquier esperanza de ecuanimidad en el sistema judicial y se le instiga a la desobediencia civil.