Preocupación en Ciudadanos al ponerse al descubierto las contradicciones de sus propuestas

Preocupación en Ciudadanos al ponerse al descubierto las contradicciones de sus propuestas

Su ideario está plagado de ellas.
Poco a poco se van conociendo interioridades de Ciudadanos y en ellas empiezan a aflorar más de un sinsentido y contradicciones. La cuestión viene de lejos, ya en su propia definición, puesto que el partido liderado por Albert Rivera no es una formación nueva, como quieren presentarse, sino que nació en julio de 2006; ni tampoco lo es su presidente, que lleva más de catorce años en política.

Ya a la hora de definir su identidad aparece una primera, cuanto menos, extraña combinación, ya que dicen nutrirse del “liberalismo progresista y del socialismo democrático”. El líder naranja venía sosteniendo que es un partido de centro izquierda, pero desde el PP aseguran que “no son muy de derechas para la gente de centro ni muy de izquierdas para la gente del centro derecha”.

En su trayectoria se encuentran más contradicciones. Cuando en 2013 la Plataforma Movimiento Ciudadano fue llevada por Rivera a la política nacional, los candidatos y las listas en muchas circunscripciones se designaron directamente o fueron pactados por los dirigentes territoriales, es decir, no hubo primarias, que era la propuesta inicial del líder. Poco antes de las últimas elecciones, el presidente del partido naranja puso como condición para llegar a cualquier pacto postelectoral que se celebraban primarias para elegir a los candidatos. Fue Rafael Hernando, entonces portavoz parlamentario del PP y diputado por Almería, quien recordó que en Ciudadanos no se había pasado por ese proceso.

Por otro lado, para Rivera, la transparencia es una de sus banderas y presume de que en la página web del partido están publicadas las cuentas. A pesar de ello, Ciudadanos presentó las que correspondían al ejercicio 2008 al Tribunal de Cuentas fuera de plazo, como dejó claro el organismo. A ello se une que la formación naranja no acepta donaciones, pero reconoce haber cobrado de empresas para su financiación porque “la ley lo permitía”.

Respecto al modelo de Estado, Rivera reivindica la reforma de la Constitución para avanzar en un modelo federal, aunque distinto del que propone el PSOE, pero en ningún momento ha llegado a concretar qué tipo de modelo de Estado quiere.

Por otro lado, la entrada en 2006 de Ciudadanos en el Parlament representó el retorno del castellano a la Cámara catalana. En cambio, no mantenía que hubiera presencia del catalán en el Congreso de los Diputados, llegando a afirmar que resultaría de “ridículo extremo” si fuera necesario ir “con pinganillo” el Parlamento y que tendría “poco sentido práctico”. A pesar de ello, sí defendía las lenguas cooficiales estuvieron presentes en el Congreso.

El partido de Rivera incurre también en contradicciones en asuntos tributarios, como el IVA, yendo de un lado a otro en función del momento. Como propuestas electorales, ha llegado a prometer bajadas del IVA en transportes públicos o la electricidad y el gas, mientras que en sus programas se presentaban subidas en productos esenciales como el pan, la leche o los huevos.

Y así en otros muchos aspectos, que van desde las infraestructuras, oponiéndose a los planes de inversión en el AVE o la edad los candidatos, cuando en las anteriores municipales llegó a proponer que éstos solo estarían legitimados los mayores de 38 años, es decir, “aquellos que han nacido en democracia” para encabezar las listas. Curioso resultaba que el 79% de los miembros del Comité Ejecutivo de Ciudadanos, entre ellos el secretario y el vicesecretario general, habían nacido antes de 1978. Igual circunstancia se daba en la mayoría de los cabeza de lista del partido en las capitales de provincia, representando el 86% de los candidatos, entonces, que habían nacido antes de la vuelta de la democracia a España.

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