El plan de desescalada anunciado por el Gobierno parece que no gusta ni al PP ni a los nacionalistas vascos y catalanes. Y eso que dicho plan recoge numerosas propuestas de los populares, PNV y Generalitat de Cataluña. Además, también, de las Comunidades Autónomas. Ese disgusto de la oposición se ha visto reflejado en el Congreso de los Diputados.
Todo se precipitó a la hora de presentar el plan de desescalada. La presión del partido que lidera Pablo Casado y porque otros países ya lo han lanzado obligaron al Ejecutivo a adelantar su presentación. Así lo hizo en la tarde del martes Pedro Sánchez en una comparecencia pública.
Se trata de un plan asimétrico que impide la movilidad entre provincias, como ahora, hasta prácticamente la segunda mitad de junio. Era una de las demandas de los gobiernos regionales.
Después de que ayer Sánchez explicara las cuatro fases de que consta el plan de desescalada, comenzaron a llover las críticas. Para unos, los populares, por una especie de falta de concreción de las medidas que se contemplan. Para otros, los nacionalistas, porque las consideran un ejercicio de recentralización.
El presidente del Gobierno reconoció que todos los países van en ese plan de desescalada “sin GPS” porque nunca se ha hecho. Además, indicó que no se conoce todavía lo suficiente al virus.
Teodoro García Egea, secretario general del PP, cargó con dureza contra el plan, contra el Ejecutivo y en especial contra Sánchez. “Ni GPS, ni timón, ni nadie a los mandos. Un Sánchez sin rumbo recreándose en sus propios bulos dedica más de una hora a proclamar imprecisiones. No hay plan”, espetó.
Test masivos antes de ejecutar el plan de desescalada
Casado, por su parte, exigió la realización de test masivos a toda la población antes de comenzar con la desescalada. A ello añadió su crítica por anunciar una nueva prórroga del estado de alarma sin haber llamado previamente al principal partido de la oposición.
A esas voces críticas desde el PP se unió la de Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz popular en el Congreso. Reiteró que los ciudadanos “necesitan fechas concretas”.
“No se han podido evitar miles de vidas rotas, y ahora hay que evitar que haya millones de vidas arruinadas. Ojalá esto salga bien y para eso hace falta una radiografía exacta de la pandemia, que ahora no tenemos”, reclamó. Añadió que no seguro que su formación prestará su apoyo a una nueva prórroga del estado de alarma. En cambio, sí terminó apoyándola.
Por su lado, los nacionalistas vascos y catalanes ven en el plan de desescalada una suerte de recentralización. Aunque el jefe del Ejecutivo hizo hincapié en que escuchará a las Comunidades Autónomas, dejó claro que las decisiones delicadas las adoptará el Ministerio de Sanidad.
Es decir, qué provincia pasa de fase y cuándo. Es la asimetría del plan con el que los Gobiernos autonómicos coinciden, pero también el eje de la polémica.
Nacionalistas vascos y catalanes, los más críticos
Así, los representantes del PNV en el Ejecutivo vasco se lamentaron por el “afán recentralización” de Sánchez en esta crisis sanitaria. Iosu Erkoreka, portavoz del Gobierno de Euskadi, dijo que “cuando hay una mínima oportunidad, se arrinconan las estructuras del Estado compuesto y se asumen rápidamente los instrumentos de recentralización para responder a situaciones excepcionales”. Unas palabras que no han sentado bien a los socios socialistas en el Ejecutivo de Íñigo Urkullu.
Por otra parte, desde la Generalitat catalana también llegan las críticas. A juicio de Quim Torra, presidente del Govern, el plan de desescalada es “un grave error” y un ejercicio de “centralización”.
Entre las propuestas del Ejecutivo catalán, franjas horarias para la salida de los ancianos y adolescentes y para hacer deporte e individualmente. Alba Vergés, consejera de Salud, lanzaba sus críticas. “Sabe mal que la voluntad sea no respetar el trabajo y las propuestas que se trabajan desde aquí”, reprochó.
El resto de Gobiernos regionales vieron que muchas de sus reivindicaciones quedan recogidas en este plan de desconfinamiento. A pesar de ello, y que su reacción mantuvo un perfil bajo, sí criticaron que desde el Ejecutivo de Sánchez no se adelantaran detalles del plan.
Prueba de que se ha escuchado a los presidentes regionales, también populares, es que, por ejemplo, desde Murcia se pedía máximo control de la movilidad. El objetivo, evitar “contagios importados” de otras autonomías. De hecho, la movilidad interprovincial estará prohibida como pronto hasta el 22 de junio. Sólo se permite en los casos de desplazamientos para trabajar, como hasta ahora.
Juan Manuel Moreno, presidente de Andalucía, ha pedido “información más clara y concreta”. Opina que es “prudente”, fijar “un periodo de transición hacia la nueva normalidad”.
¿Pero que desproposito es este?, ahora según parece, todos los Presidentes autonómicos quieren salir en la foto, pero no dan los datos correctos para que el gobierno, gobierne correctamente.
¿De que van, tanto protagonismo y tanta testosterona en la mesa cuando hay casi 25.000 muertos?, Vergüenza les debería dar, cuando hay médicos muriendo por ayudar a los demás a salir del contagio del coronavirus, y curarse. ¡Es simplemente infame esta situación de estos niños de colegio privado, mal criados y caprichosos que no ven nada mas que su ombligo!