Este lunes arrancó la Convención Nacional del PP en Santiago de Compostela, un cónclave marcado por las tensiones entre Génova y la Puerta del Sol. Y con Mariano Rajoy presente.
Como todo congreso de un partido, el que se desarrollará esta semana se ha construido expresamente para afianzar la figura de Pablo Casado como líder.
Con los barones, salvo Isabel Díaz Ayuso, cerrando filas en torno a él, ahora corresponde a su líder terminar, o empezar, a convencerles de que su proyecto es el ganador.
Por eso, Casado tiene que exhibir músculo y concentrar en él el mismo mensaje de unidad que quiere transmitir. En Génova, sin embargo, preocupa cómo gestionar la aparición de Ayuso cuando regrese de su gira estadounidense.
Parece que todo está atado, pero en el PP no se fían. De ahí que, implícitamente, los barones tengan un pacto y que si la presidente de Madrid hace algo, se quedará sola.
Por encima de todo, de las aspiraciones personales, está sacar adelante un proyecto popular alternativo a Pedro Sánchez. Sin embargo, no se pueden obviar las legítimas opciones de las distintas baronías.
No obstante, eso se verá más adelante, cuando se celebren los distintos congresos regionales y las elecciones autonómicas y municipales. En estas últimas, parece que les van bien las cosas.
Todo ello antes de que se celebren elecciones generales, si no se adelantan. Esa será la prueba definitiva en la que Casado va a echar toda la carne en el asador.
Si falla Casado, ¿quién liderará el PP?
Entretanto, se deben despejar las dudas, porque no sólo está Ayuso en las quinielas en el caso de que el actual líder nacional del PP fracase. También lo están Alberto Núñez Feijóo, Juan Manuel Moreno e, incluso, José Luis Martínez-Almeida.
Si el abanico cuando Casado llegó a la presidencia de los populares apenas tenía como alternativa a Núñez Feijóo, ahora es más amplio. Tanto el presidente de Galicia, el único que ha ganado unas elecciones autonómicas con mayoría absoluta, como Moreno se están asentando en sus territorios. Y eso puede ser peligroso para el líder nacional.
Con todo, parece que la Convención concluirá como marca el guion, con independencia de lo que haga o diga Ayuso. No obstante, todo cuanto haga o diga la presidente madrileña tendrá repercusión a buen seguro. Veremos.