Se avecina una guerra comercial entre las dos mayores potencias mundiales.
Por parte del Gobierno de China se desmiente la intención de interferir en los procesos electorales de otros países. Estas declaraciones se suceden un día después de que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, expresase, de modo encubierto, que el país asiático tenía intención de influir en las elecciones norteamericanas.
Las acusaciones de Trump, sin pruebas y por redes sociales, iban en la dirección de que China quería “intentar activamente influir y cambiar las elecciones” estadounidenses”, atacando a agricultores y trabajadores de la industria por su lealtad política”.
Geng Shuang, ha explicado en una rueda de prensa que el Ejecutivo chino no pretende interferir en las elecciones de otros países.
El lunes anunciaba Trump la aplicación de un arancel del 10% sobre una serie de productos chinos tras el 24 de septiembre, en lo que se considera una guerra comercial entre las dos potencias mundiales, las dos mayores economías. Esta medida afectará a bienes con valor de 200.000 millones de dólares.