El déficit público de los cinco primeros meses del año se elevó hasta los 32.251 millones de euros. Detrás de ello, la crisis del coronavirus. Esta cifra es más del doble de la del mismo periodo de 2019, cuando se situó en 15.556 millones. La de ahora supone el 2,88% del PIB, mientras que hace un año fue del 1,25%.
A ello se une que hasta abril, el déficit consolidado de las administraciones públicas fue del 2,14% del PIB. No están incluidas las corporaciones locales.
El Ministerio de Hacienda publicó ayer los datos de ejecución presupuestaria. Atribuye este comportamiento del déficit público a la caída de la actividad económica debido al confinamiento. De hecho, los recursos bajaron un 10,6%.
Además, el incremento del déficit del Estado se debe, igualmente, a las medidas para paliar las consecuencias sociales, económicas y laborales de la crisis sanitaria. El gasto se elevó un 10,8% hasta mayo.
Hacienda destaca, como hizo anteriormente, que esta evolución al alza se enmarca en las medidas extraordinarias que se han tenido que adoptar. Éstas se han reflejado en el aumento de los programas de prestaciones sanitarias y farmacia y en un incremento de las transferencias corrientes a la Seguridad Social y a las comunidades autónomas.
Al margen de la crisis sanitaria y sus consecuencias, hay que tener en cuenta que desde el 1 de enero de 2020 se produjo la reversión de las autopistas de peaje AP4 y AP7 por un importe de 1.745 millones.
Asimismo, el Ministerio que dirige María Jesús Montero pone el foco en el “buen comportamiento” de las autonomías. Las comunidades registran, así, un superávit del 0,02% gracias a los recursos transferidos por el Ejecutivo central.
Mientras que el déficit público aumenta, algunas CCAA tienen superávit
Entre ellos, el adelanto de fondos para este subsector por importe de 6.218 millones de euros. Esto ha supuesto que trece de ellas hayan registrado saldos positivos cuando hace un año sólo eran cinco.
Hacienda desglosa las razones que han llevado a que el déficit público se haya duplicado. Entre ellas, que los recursos de la Seguridad Social se incrementaron un 0,4%, frente al aumento de los gastos en un 15,7%. En 7.176 millones en prestaciones sociales se incrementó el gasto.
De los 4.564 millones que aumentó el gasto en prestaciones sociales en el cuarto mes del año, comparado con el mismo período de 2019, 3.000 millones correspondieron a ERTEs. 1.100 millones, a la prestación extraordinaria por cese de actividad de los autónomos.
Igualmente, el gasto en subvenciones subió en 1.159 millones en comparación con 2019 por las exoneraciones de cuotas. En consecuencia, la Seguridad Social registra un déficit de 821 millones. Las prestaciones sociales crecieron un 6,9%, mientras que los ingresos por cotizaciones sociales sólo se incrementaron un 0,1%.
Por su lado, las corporaciones locales registran un déficit de 493 millones hasta marzo. Supone el 0,04% del PIB. Incluyéndolo en el déficit público, este supuso el 0,82% del PIB en el primer trimestre, cuando el año pasado fue el 0,33%.
Mientras que los gastos aumentaron un 5,5%, los ingresos lo hicieron en un 1,1%. En total, el gasto derivado de la crisis sanitaria asciende a 1.832 millones de euros.