Hace escasas horas Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, la patronal española, defendió con vehemencia inusitada la reforma laboral de la ministra Báñez de 2012. ¿Por qué?
Porque siendo una reforma de parte, en contra de los intereses de los trabajadores, supuso una transferencia de renta de los propios trabajadores a las empresas. Y porque, lo que es más grave, una pérdida de derechos de estos.
Por eso les encanta. No fue una reforma equidistante, ni siquiera fruto de una negociación, sino una imposición de la patronal que por aquel entonces se sentaba en el Ministerio de Trabajo.
Siguiendo esa línea, este jueves Garamendi ha vuelto a defender la utilidad de la reforma laboral de 2012. Señaló que fue “el elemento de más valor para afrontar con éxito la salida de la crisis” financiera de 2008.
Llegó, incluso, a advertir, casi amenazar, con que si la nueva reforma no se hace “bien”, se podría generar “incluso más paro”. Lo ha hecho en su comparecencia ante la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica en el Congreso.
Lo acompañaba Gerardo Cuerva, presidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), la otra patronal. Como Garamendi, Cuerva pidió mayor flexibilidad empresarial y seguridad en los trabajadores.
Sin embargo, añadió, “en ningún caso acometiendo reformas integrales y contrarreformas que generan incertidumbre e inseguridad”, en referencia a los posibles cambios.
Garamendi insiste en que hay terceros que ven positiva la reforma laboral
El presidente de la patronal de las pequeñas y medianas empresas apuntó que “todo el arco parlamentario ha validado durante la crisis medidas que no hubiesen existido si se hubiese derogado íntegramente la reforma laboral de 2012”.
Por su lado, Garamendi insistió en que la norma de 2012 fue “muy positiva”. “No lo digo yo, hay terceros conocedores que lo dicen”, agregó. Hacía referencia a que el vicepresidente de la Unión Europea pidió la semana pasada que se miraran los aspectos positivos de la reforma de 2012. También el FMI, dijo, coincide en que es “positiva”.
También el presidente de la CEOE aludió a la posibilidad de llegar a un acuerdo para extender los ERTEs hasta diciembre. No obstante, lo ve “muy difícil” antes del 15 de junio, a lo que Carmen Calvo, la vicepresidente del Gobierno, le respondía en la mañana de ayer.