¿Por qué es tan difícil el control de las armas en EEUU?

¿Por qué es tan difícil el control de las armas en EEUU?

El control de las armas en Estados Unidos es uno de los grandes retos que las Administraciones demócratas se han planteado en cada mandato.

Cada vez que se produce una matanza como la del pasado martes en la escuela de primaria Robb en Uvalde (Texas) se reabre el debate. Murieron 21 personas, entre ellas, 19 niños y dos maestras.

Joe Biden, presidente estadounidense, reaccionó reclamando la necesidad del control de las armas de fuego en el país. “Es hora de actuar”, dijo en una comparecencia de prensa.

“¿Cuándo vamos a plantarnos frente al ‘lobby’ de las armas?”, llegó a rogar.

La Segunda Enmienda

Sin embargo, del mismo modo que se reabre el debate, se cierra. Y es que la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos consagra el derecho a portar armas por parte de los ciudadanos.

“Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas”, reza el texto constitucional.

Para modificarla son difíciles de conseguir los requisitos precisos. Concretamente, el apoyo de dos tercios de ambas cámaras del Congreso y otras tres cuartas partes de los estados, es decir, 38.

No obstante, habría una alternativa, casi más difícil e inédita hasta ahora. Consiste en que dos tercios de los estados convoquen una convención constitucional.

A todo ello se aferra una gran mayoría de la población estadounidense. Entretanto, los 50 senadores republicanos bloquean cualquier intento de modificar la norma o establecer unos mínimos controles.

Obama reclamó un mayor control de las armas

Barack Obama insistió especialmente durante su mandato en la necesidad de controlar el acceso a las armas. Sobre todo, para personas peligrosas o potencialmente peligrosas.

En cada discurso en que tenía ocasión lo hizo, como aquel en el que, con lágrimas, pronunció tras la masacre de Sandy Hook, en 2012.

Así las cosas, el gran lobby a favor de las armas, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), recuperó terreno con el mandato de Donald Trump.

Pero el verdadero punto de inflexión se dio en 2008 por una sentencia del Tribunal Supremo. Un ciudadano, Heller, impugnó la constitucionalidad de la prohibición de la tenencia de armas en Washington. Los jueces le dieron la razón y, a partir de ahí, prevaleció el derecho individual.

Hasta entonces, una interpretación era que correspondía a las autoridades locales, estatales y federales regular el control de las armas. De ahí lo restrictiva de la norma en Washington.

El Tribunal Supremo

El fallo del Supremo fue cristalino. “La Segunda Enmienda protege el derecho de un individuo a poseer un arma de fuego aunque no esté al servicio de una milicia”.

Asimismo, el derecho a “usar ese arma para fines tradicionalmente legales, como la autodefensa en su hogar”.

Con todo, la población estadounidense continúa dividida. En una encuesta de octubre de 2021, el 52% de los preguntados pedía leyes más restrictivas.

En cambio, un 35% defendía mantener las leyes actuales, mientras que un 11% reclama, incluso, normas más permisivas.

Así, se calcula que en Estados Unidos hay entre 270 y 310 millones de armas y un 42% de los estadounidenses tiene al menos una en su casa.

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