Podemos y la vuelta a la ley franquista de alquileres

Podemos y la vuelta a la ley franquista de alquileres

Sobre la mesa está una suerte de resurrección de la ley franquista de alquileres, que es lo que, en definitiva, pretende, paradójicamente, Unidas Podemos.

Sobre ello reflexiona Antonio Rato en un artículo en infoLibre, recordando cómo eran las cosas en esa materia durante los primeros años del franquismo. También en otros posteriores.

Así, recuerda los primeros pasos del sector de la construcción en los años inmediatamente posteriores al final de la Guerra Civil. Lo conoce de primera mano puesto que su padre era fabricante de ladrillos. Mal asunto, rememora, porque nadie compraba esos materiales.

Había carencia de viviendas, y medios, y el franquismo aplicó una solución cristiana: la caridad de los propietarios de viviendas. Las rentas subían regularmente, pese a lo cual, los incrementos iban retrasados respecto a la subida real de la vida.

La consecuencia, señala Rato, es que las viviendas se fueron vendiendo, en pérdida a sus inquilinos. Y es que los salarios bajos y los trabajos temporales no daban para cubrir los costes mínimos ni las reparaciones que se necesitaban.

Y es que la ley franquista de alquileres ponía límites a las rentas, en perjuicio de los propietarios, que no podían soportar los costes. De hecho, el franquismo, recuerda el articulista, llegó a sólo construir vivienda de protección oficial. Así, dejaron de construirse viviendas de renta libre.

Con la Ley de Propiedad Horizontal de 1960 se dio la puntilla de muerte a la construcción de viviendas en alquiler libre. Si alguien quería una casa y no podía acceder por su economía a una de protección oficial, tendría que comprarla en el mercado libre. Con ello, los bancos empezaron a hacer su agosto.

A ello se une, hoy día, que hay muchos que han comprado una segunda vivienda para poder, mediante el alquiler, redondear la jubilación. Incluso, hay hijos o padres que se van a vivir juntos para poder alquilar la casa que dejan libre y, así, tener un ingreso extra. Con una ley como la que pretende Podemos, ese segundo mercado de alquileres quedaría condenado.

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