Unidas Podemos se negó ayer en el Congreso a respaldar una declaración institucional condenando los actos violentos en las protestas contra el encarcelamiento de Pablo Hasel. Al no contar con unanimidad de la Cámara, la propuesta, impulsada por el PP, no pudo ser leída.
Este pasado martes, los populares distribuyeron entre los grupos de la Cámara Baja su texto para que se leyera en la sesión plenaria de ayer. Cuca Gamarra, su portavoz parlamentaria, señaló entonces que era necesario enviar “un mensaje claro y rotundo de apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”. Asimismo, “condenar sin paliativos cualquier acto violento”.
En cambio, la formación morada comunicó al PP que no respaldaría su propuesta y el PSOE, al ver que no habría unanimidad, también declinó apoyarla.
Posteriormente, Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, explicó en rueda de prensa su negativa. Apuntó que la declaración impulsada por los populares no iba contra los disturbios, “sino contra el Gobierno”.
Podemos asegura que había una intención política en la declaración
“Es evidente que tenía una voluntad política, y no una voluntad de condenar la quema de contenedores, que es algo que todo el mundo está en contra”, afirmó.
Por tanto, sólo suscribieron la declaración propuesta por el PP Vox y Ciudadanos. No obstante, UPN y Foro Asturias, miembros del Grupo Mixto y socios electorales de los populares, hicieron llegar su apoyo al documento.
El texto de la formación que lidera Pablo Casado condenaba “firmemente” los ataques violentos contra las Fuerzas de Seguridad del Estado y policías autonómicas.
Asimismo, reprochaba los actos de “pillaje” y “vandalismo”, además de los “ataques de odio” que los portavoces de varios partidos han sufrido en redes sociales. También han sido objeto de esos ataques ciudadanos anónimos que han condenado hechos “tan reprochables” y representantes de ciudadanos.
En general, el PP ponía sobre la mesa la necesidad de reafirmar el compromiso de las instituciones para erradicar la violencia, el saqueo a comercios, la destrucción del mobiliario urbano y los discursos de odio, “rechazados por la inmensa mayoría de la ciudadanía”.