También que Patrimonio Nacional controle la basílica.
La formación liderada por Pablo Iglesias presentó ayer un documento en el que plantea demoler la cruz y la espada que presiden el Valle de los Caídos y dar a Patrimonio Nacional el control de la basílica de forma que se convierta el conjunto monumental en un espacio “para la memoria democrática y antifascista”.
En el texto, bajo el título Exhumar el franquismo. Recuperemos el valle de Cuelgamuros para la democracia, Podemos señala que “el actual Valle de los Caídos representa el asesinato, la represión y la barbarie de una dictadura” y que es necesario que sea reconvertido en un espacio para la memoria porque “es un lugar de culto al fascismo”.
Además, se hace hincapié en que es fundamental que se retire toda la simbología franquista tanto en el interior como en el exterior, incluida la cruz y la espada. “Esta cruz, característica actualmente del Valle, podría demolerse y utilizar su residuo gravoso para crear otro monumento de dignificación y respeto a las víctimas”, plantean.
Subrayan la necesidad de desacralizar el espacio y “su total recuperación, incluida la basílica”. “Para ello”, continúa el escrito, “se deberían revisar los acuerdos de 1979 entre el Estado español y la Santa Sede, que le otorgan el control de la basílica de los religiosos. Esto no conllevaría apartar y eliminar la simbología religiosa que se halla actualmente en el lugar, sino dar a Patrimonio Nacional un control total sobre el espacio”, indican.
Miguel Urbán, portavoz de Podemos en el Parlamento Europeo y coordinador del Área de Memoria Democrática y Antifascista de la formación morada, señala que es fundamental que se transforme el Valle de Cuelgamuros, no solo exhumando los restos de Francisco Franco, sino destruyendo “el espacio simbólico” que representa el fascismo.
El portavoz admite que demoler la cruz debe todavía someterse a discusión puesto que no hay consenso entre las asociaciones de memoria histórica, pero sí aboga porque debe producirse una “remodelación clara” y que una buena opción puede ser la demolición de la cruz.
El documento insiste en que se deben trasladar, no solo los restos de Franco, sino también los de Primo de Rivera, y que el lugar donde sean trasladados no se convierta en “un nuevo lugar de culto al franquismo”. “Durante estos meses la exhumación de Franco ha acaparado los debates y esto ha hecho que se haya invisibilizado a José Antonio Primo de Rivera, quien, como se sabe, no es una simple ‘víctima’ de la Guerra Civil”.
La formación liderada por Iglesias plantea también que se garantice el reconocimiento “pleno y efectivo” de las víctimas enterradas en el Valle de los Caídos y que se atienda a la hora de identificar y, posteriormente, gestionar los restos que “no todos los cuerpos que se encuentran en el Valle son iguales”. Más concretamente, se crearían tres grupos, siendo el primero el de “quienes fueron represaliados de la dictadura franquista y trasladados, sin conocimiento ni consentimiento de sus familiares, de las fosas comunes en donde se hallaban”. Calculan que podrían ser unos 12.000.
Sostienen que “en este caso, es fundamental que el Estado asuma la judicialización de los procesos de exhumación de cara a que la Policía y el Instituto de Medicina Legal tutelen las exhumaciones de los cuerpos de los represaliados, lo que significa que se ocuparán de la identificación individual de los cadáveres, cadáver por cadáver sin romper la cadena de custodia, una cuestión que debe ser asumida por el Estado”.
Un segundo grupo sería para “los denominados ‘caídos’ durante la Guerra Civil”, que deberán ser “identificados, exhumados y entregados a sus familias”. “En caso de que no se encuentre a los familiares”, señalan, “o de que estos no se hagan cargo de los cuerpos, proponemos la construcción de un ceremonial en el Valle de Cuelgamuros sin ningún tipo de jerarquía funeraria”.
El tercer grupo sería para “quienes murieron en la construcción del Valle de Cuelgamuros durante las jornadas de trabajo forzoso”. Igual procedimiento a seguir y en caso de que no se entreguen los cuerpos, “proponemos su entierro en un ceremonial en el Valle, donde se recuerde cómo murieron y cómo se llevó a cabo la construcción del Valle de los Caídos”.
A ver si va a pasar como en una localidad de Vizcaya, que tratando de derribar una cruz de piedra se les vino encima. Creo que no hace falta destruir tanto.
Cuando se visibiliza la memoria antifascista pero se invisibiliza la memoria comunista (más de 100 millones de muertos en todo el mundo) no se hace memoria. De impone ideología. Propongan los podemitas, pues, que el gobierno de Egipto derribe las pirámides, tempos y palacios de las épocas faraónicas, puesto que esas construcciones simbolizan una época de opresión, fanatismo religioso y esclavitud. Propongan los podemitas, pues, que el gobierno de Francia derribe el Arco de Triunfo parisino, levantado para recordar una gesta bélica de un dictador, como Napoleón Bonaparte. Propongan los podemitas, pues, que sea quitada la estrella roja del Kremlin, y exhumado Lenin, para sacarlo de la Plaza Roja de Moscú, puesto que Lenin fue un golpista y un asesino.
Si solo interesa una memoria, para imponer ideología, no hay memoria, ni democracia, ni conciliación. La historia no hay que moverla. Solo aprender de ella. Quien remueve la historia a su interés ideológico y mira para otro lado ante otras atrocidades no tiene legitimidad para proponer nada. El fascismo y el nazismo son absolutamente condenables. Pero el comunismo también. Por ello, propongan los podemitas su autodisolución como partido, puesto que el comunismo es una ideología tan criminal como aquellas.