Marruecos ha diseñado un plan de autonomía para el Sáhara que deja al territorio bajo soberanía marroquí, pero con ciertas competencias cedidas.
Ante esta opción, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, ha enviado al rey Mohamed VI una carta, según Marruecos. En ella, dice que dicha plan supone “la base más seria y realista” para alcanzar una solución al conflicto.
“España considera la iniciativa marroquí de autonomía, presentada en 2007, como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo”, reza.
Así, en las últimas semanas, el Ejecutivo español ha venido apostando por una solución política para el Sáhara que resulte aceptable para ambas partes.
Eso sí, en el marco de la ONU, mostrando respaldo a la labor del nuevo enviado de Naciones Unidas para el Sáhara, Staffan de Mistura.
En cambio, el Frente Polisario rechaza completamente el plan de autonomía que plantea Rabat. Esta organización gobierna la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática en los territorios que no controla Marruecos.
El presidente Sánchez admite en su carta “la importancia de la cuestión del Sáhara para Marruecos”. En ese sentido, destaca “los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable”.
Así, el mensaje de Sánchez es un claro gesto hacia Marruecos cuando la crisis abierta por la acoger a Brahim Ghali, no se ha cerrado.
De hecho, Rabat llamó a consultas a la embajadora marroquí en Madrid en mayo de 2020 y todavía no ha regresado.
Además, el reino alauí admitió que en el fondo está la negativa de España a hacer lo que hizo Estados Unidos con Donald Trump como presidente.
En diciembre de 2020 reconoció como marroquí al Sáhara y pidió a Madrid “más claridad” en cuanto a su postura.