Este domingo se celebra el 19 de marzo, Día del Padre. Una fecha que unas veinte asociaciones de hombres por la igualdad en colaboración con una plataforma quieren resignificar.
En concreto, colabora la Plataforma por los Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPiiNA). Reclaman que se dé un nuevo significado al Día del Padre como ‘Día del Padre Igualitario’. Consideran al otro modelo “patriarcal tradicional y su derivada comercial”.
En un comunicado, denuncian que “no existe la paternidad igualitaria si no hay corresponsabilidad en la crianza”. Matizan, “entendiendo por tal el cuidado autónomo (no ‘ayudante’) de la criatura durante el mismo tiempo que la madre en cómputo semanal, mensual o anual”. Y de este modo, “hasta la mayoría de edad de los hijos”.
En ese sentido, indican que saben que “el camino hacia la corresponsabilidad en la crianza está jalonado por múltiples escollos y trampas de todo tipo”.
“Personales y estructurales”, continúan, “desplegados por el sistema patriarcal para impedir la igualdad”.
De hecho, lo ejemplifican con “los ideales tradicionales de maternidad intensiva y la paternidad distante/proveedora” y las “leyes laborales y la organización del trabajo”.
Al entender de esta Plataforma, para alcanzar esa corresponsabilidad resulta urgente “remover las barreras estructurales y personales que la impiden”.
Reivindicaciones con motivo del Día del Padre
De ahí que pidan al Estado corregir la ley de permisos por nacimiento. De este modo, se permitirá y facilitará “el uso sucesivo” de los permisos más allá de la simultaneidad en las semanas de recuperación del parto.
Así, el padre puede quedarse al cargo de la criatura de manera autónoma a lo largo del mismo tiempo que la madre. Asimismo, se puede alargar todo lo posible el cuidado del recién nacido durante su primer año de vida.
Además, piden la reducción de la jornada laboral a 35 horas o menos sin pérdida de salario. De esa manera, los padres y las madres pueden atender diariamente sus obligaciones sin que las madres deban renunciar a su desarrollo vital y profesional. Algo que sucede “por presión social patriarcal”.
Al tiempo, las asociaciones se comprometen a que los hombres disfruten de las 10 semanas de permiso por nacimiento de forma sucesiva con la madre.
Así cuidarán “autónomamente de la criatura el mismo tiempo que la madre”.
También, “facilitar la vuelta de ella al empleo sin merma de su desarrollo profesional y sin preocupación por la criatura”.
Asimismo, se comprometen a reducir las horas semanales trabajadas o a apañar lo que se necesite para cuidar de las criaturas tras el primer año.
Eso implicaría, por ejemplo, renunciar cualquier mejora profesional que implique una menor disponibilidad para el cuidado corresponsable.
También, si ello supone a la madre retroceder profesionalmente o abandonar el empleo.