El peso del sector público rebasa al privado

El peso del sector público rebasa al privado

Hasta el 51,5% del PIB subirá el peso del sector público, superando de este modo por primera vez en la historia de la democracia al sector privado. Son las previsiones del Gobierno. Durante la crisis financiera mundial se llegó al 48,1%. Ahora y desde el último año, el gasto público sobre PIB ha crecido un 10%.

En 2019 supuso el 41% del PIB. Pero esta dimensión que alcanzó el sector público debilitado respuesta económica la crisis. Además, el terreno político podría despertar aspiraciones de nuevos crecimientos a costa del privado.

Las economías más saneadas y dinámicas son aquellas que ajustan sus costes y el tamaño del Estado. A eso se une que cuando se pudo no se recortó el gasto público durante la recuperación económica. Esto habría preparado a España para afrontar futuros impactos coyunturales.

A lo largo del pasado año el gasto público se elevó en por lo menos 3.200 millones. Se hizo, entre otros, en permisos de paternidad, subsidio a los mayores de 52 años y cotizaciones de cuidadores. A ello se unen otros 2.000 millones por la subida de las pensiones con el IPC, además de los 2.500 millones de la subida salarial a los funcionarios. En total, casi 8.000 millones.

El plan macroeconómico enviado a Bruselas no contempla la contención del gasto. Al contrario, se suman los 3.000 millones de la futura renta mínima, 1.700 millones de la actualización de las pensiones y otros 3.000 millones de la subida salarial a los funcionarios.

En definitiva, un sector público enorme en una crisis sanitaria que mermará los ingresos, por lo que hay que reequilibrar las cuentas públicas. Además, el PIB se desplomará más de un 9%.

En estos momentos, el gasto público debe aumentar para paliar el impacto en la economía de la epidemia. Sin embargo, es necesario elaborar un plan de ajuste que devuelva la rectitud a las cuentas públicas y el rigor presupuestario. También es preciso un programa para llevar a cabo reformas estructurales para incrementar el potencial de crecimiento español. A su vez es crucial que ciertas partidas de gasto no terminen convirtiéndose en estructurales.

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