Pedro Sánchez y Pablo Casado sellan su disenso en La Moncloa

Pedro Sánchez y Pablo Casado sellan su disenso en Moncloa

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y Pablo Casado, líder del PP, mantuvieron ayer una reunión en La Moncloa en la que se constató el desacuerdo entre ambos dirigentes. El encuentro comenzó a las 12:00 y terminó hora y media después.

En él, se abordaron varios asuntos de índole nacional, internacional y económica y laboral. El líder popular puso sobre la mesa el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) a cambio de que La Moncloa renuncie a la mesa de negociación.

También, que no se modifique el Código Penal para “indultar por la puerta de atrás” a Oriol Junqueras, líder de ERC, y que no se nombre a Dolores Delgado como Fiscal General del Estado. Igualmente, ha pedido a Sánchez que mantenga la reforma laboral de 2012, no suba impuestos y vuelva a referirse a Juan Guaidó como presidente venezolano.

En una rueda de prensa posterior a la reunión en el Palacio de La Moncloa, Casado ha informado a la prensa de estas exigencias al jefe del Ejecutivo. No obstante, ha calificado el encuentro como “cordial”, “fructífero” y “constructivo”. A pesar de ello, no ha habido acuerdo alguno, mientras el Gobierno dice del líder popular que mantiene una “actitud negacionista”.

La Moncloa insiste en que el PP sigue “instalado” en el “bloqueo”

Tal es así que fuentes del Ejecutivo difundieron un comunicado en el que afirmaban que el presidente pudo constatar que el PP continúa “instalado en su estrategia de bloqueo”. No ha “variado ninguna de sus posiciones, a pesar de su responsabilidad como principal partido de la oposición”, añadían.

Casado habló en su comparecencia ante los medios de “mano tendida” al PSOE y al Gobierno. Una oferta, dijo, de “buena fe” para alcanzar acuerdos. Hizo un llamamiento a recordar el programa electoral socialista y a recurrir a la “hemeroteca” de lo que el entonces candidato del PSOE declaró.

Reprochó que La Moncloa traslade el mensaje de que los populares “crispan” y abogan por la “radicalidad”. Afirmó que su formación es el “partido de los moderados”. “Si piensan tildar al PP de radical, creo que pinchan en hueso”, aseguró.

El líder popular destacó que su formación es un “partido no solo de Estado, sino un partido de Gobierno”. Un partido que no se limita a la crítica y que no se queda “de brazos cruzados”, mientras los “radicales” campan “a sus anchas imponiendo las políticas”.

Insistió en que el PP es el “partido de los moderados”, una formación dispuesta a alcanzar “acuerdos de Estado”. Para que el Gobierno “no tenga que depender de independentistas, batasunos y en cierta medida de las personas más radicales del Gobierno que ha tenido que conformar”, señaló en claro tono electoralista.

Así, enfatizó, “la pelota está en el tejado de Sánchez”. En esa línea, reiteró que el jefe del Ejecutivo es quien debe elegir entre pactar con los independentistas o con quienes quieren dejar un país mejor.

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