La sentencia del Tribunal Supremo sobre la exhumación de Franco cierra “un capítulo oscuro de la historia de España”, ha declarado Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, ante la 74 sesión de la Asamblea General de la ONU.
“Ningún enemigo de la democracia merece un lugar de culto ni respeto institucional”, añadía. Sánchez se lamento un de que España no fuera uno de los estados fundadores de Naciones Unidas. No lo fue, dijo, “por una sencilla razón: la dictadura franquista, que tuvo secuestrado a nuestro país durante casi cuarenta años, colaboró con los nazis en la Segunda Guerra Mundial, algo incompatible con formar parte de una organización que se creó para fomentar la paz”.
“Es una gran victoria de la democracia española”, reiteró. “Se ha cerrado simbólicamente el círculo democrático” porque los restos del dictador han reposado “inmoralmente durante demasiado tiempo” en el Valle de los Caídos.
Remarcó la importancia de que se “salieran de aquella dictadura sombría” y España “fuera capaz de construir un país próspero, descentralizado y comprometido con la diversidad”.
España, dijo entre otras cuestiones, es “uno de los países con mejor asistencia sanitaria, de los más seguros, considerado como una de las democracias más sólidas y garantistas del mundo”, añadió.