El Papa, hospitalizado por una infección respiratoria

El Papa, hospitalizado por una infección respiratoria

Este miércoles, el Papa ha ingresado en el hospital de Roma Gemelli, por una infección respiratoria, ha confirmado la Oficina de Prensa del Vaticano. Ha descartado, no obstante, que sea por Covid-19.

Mediante un comunicado, la Santa Sede confirma que los controles médicos a los que se sometió Francisco revelaron “una infección respiratoria”, excluyendo Covid.

Según trasladan, “requerirá algunos días de tratamiento médico hospitalario adecuado”.

Asimismo, el Vaticano informa de que el Papa se había “quejado” en las últimas horas de “algunas dificultades respiratorias”.

Por ello, se trasladó al Pontífice al Policlínico A. Gemelli, donde se sometió a diversos controles médicos.

En consecuencia, señala el Vaticano, se han cancelado todos los compromisos de la agenda de Francisco para el jueves y el viernes.

Inicialmente, la Santa Sede informó del ingreso del Pontífice en el hospital para unos “controles previamente programados”.

Sin embargo, el diario La Nación reveló que, después de presidir la audiencia general habitual de los miércoles en le Plaza de san Pedro, regresó a la residencia de Santa Marta.

Fue entonces cuando Francisco empezó a sentir punzadas en el pecho. Ante el malestar, Massimiliano Strappetti, su asistente sanitario personal, le recomendó hacerse inmediatamente unos controles al hospital Gemelli, adonde llegó en ambulancia.

Por su lado, Il Corriere della Sera, citando fuentes del centro hospitalario, informa de que el Papa “sufrió problemas cardíacos al final de la mañana”.

“Por seguridad fue llevado para controles en el departamento de cardiología”, añaden, aunque la situación no es “preocupante”.

Según esas fuentes, “a tomografía computada de tórax habría salido bien y este elemento es evaluado con alivio general por el entorno del Papa”.

En él, el profesor Andrea Arcangeli, director de Sanidad e Higiene del Govenatorato del Vaticano, “que se encuentra al lado del Pontífice”.

No es la primera vez que Francisco tiene problemas de salud desde que el inicio de su Pontificado. Se conoce su lesión de rodilla, cada vez más insistente, que se solucionaría con una intervención quirúrgica.

Sin embargo, el Pontífice no quiere operarse. Incluso, a sus 86 años de edad no descarta renunciar al cargo.

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