El hermetismo de las autoridades chinas respecto al repunte de la pandemia en China ha puesto en alerta a la Unión Europea.
El Gobierno del gigante asiático abrirá las fronteras del país sin apenas restricciones el 8 de enero.
Dejará entrar en su territorio sin apenas control sanitario, sólo un test negativo hecho 48 horas antes.
Tras el fin de la política ‘Covid Cero’ debido a las protestas y una economía con menor crecimiento de lo esperado se han disparado los contagios.
Sin certeza alguna debido a la falta de información que sale del país, se sospecha que decenas de miles de personas se infectan cada día.
Con un nivel de vacunación muy bajo, el sistema sanitario chino está al borde del colapso.
Así las cosas, la pandemia en China preocupa al bloque comunitario. En ese contexto, los Estados miembro de la UE han acordado mantener una “vigilancia activa”.
En una reunión de emergencia convocada este jueves, ha salido adelante un compromiso de continuar el contacto para evaluar iniciativas conjuntas.
De hecho, Italia reclama la puesta en marcha de medidas como las que ha adoptado Giorgia Meloni, primera ministra italiana. Todo viajero procedente de China deberá presentar una prueba negativa de coronavirus.
No obstante, Meloni admite que es necesario que todo el bloque adopte medidas similares para que sean efectivas.
Así, la Comisión Europea convocó al Comité de Seguridad Sanitaria, que reúne a los representantes de los Ministerios de Sanidad de los Veintisiete.
Evaluar posibles efectos colaterales por la pandemia en China
La idea era explorar una decisión “coordinada”. “La coordinación de respuestas nacionales a amenazas transfronterizas graves para la salud es crucial”, ha señalado el Ejecutivo comunitario.
“Necesitamos actuar de manera conjunta y seguiremos con nuestras discusiones”, publicaba en redes sociales.
Por su lado, los Estados miembro “han insistido en la importancia de continuar con una vigilancia activa”. Asimismo, fuentes diplomáticas destacan como “herramienta fundamental” la secuenciación del virus.
Precisamente, el Gobierno de Italia ha confirmado que, hasta ahora, no ha detectado nuevas variantes que vengan de China.
A su vez, España ha hecho hincapié en la reunión “la importancia de continuar la senda de la coordinación europea en las políticas sanitarias”.
Dicho esto, no existe compromiso expreso alguno para tomar medidas a corto plazo o para un nuevo encuentro de los Veintisiete.
Con todo, cuando en octubre se decidió levantar las restricciones pendientes, se dejó abierta la posibilidad de activar un “freno de emergencia” si fuera necesario. Se podrían volver a imponer restricciones “de forma coordinada”.
Posteriormente, los Veintisiete refrendaron esta visión el 7 de diciembre. Por tanto, Bruselas podrá endurecer los controles para evitar efectos en el bloque comunitario tras la explosión de contagios en el gigante asiático.
Cabe recordar que la variante prevalente en China es la ómicron BF7, que ya se encuentra en Europa, aunque “no ha crecido significativamente”.
“Sin embargo, seguimos vigilantes y estamos listos a usar el freno de emergencia si es necesario”, apuntan las mismas fuentes.