El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, ha ido de compras sin mascarillas a un supermercado cercano a su lugar de residencia, tras haber estado en contacto con personas con Covid-19.
Los clientes del local se indignaron hasta el punto de llamarle la atención. Uno de ellos, con anterioridad, le grabó en la caja antes de que le llamaran la atención los clientes y asistentes a la escena. Una de las cuestiones que recordaron los clientes, tras los escoltas, es que la mujer de Pablo Iglesias había sido infectada y que por lo tanto el vicepresidente es una persona de riesgo.
Este periódico no es partidario de grabar a nadie, ni hombres ni mujeres públicos, ni privados, sin embargo, tampoco es partidario de que aquellos que se dedican a la política, y máxime con las responsabilidades más altas, no den ejemplo e incumpla las recomendaciones de su propio gobierno. Tenemos el deber de informar y de criticar aquello que atenta contra la salud de los españoles.
Irene Montero padeció el Covid-19 e Iglesias fue muy criticado por asistir al Consejo de Ministros habiendo estado parte de su familia convaleciente de una enfermedad enormemente contagiosa. En ese sentido, extremar la prudencia y el uso prácticamente obligatorio de mascarillas es una de las medidas que más ha obsesionado a este gobierno.
Reprobables de igual modo son los insultos que le profieren los clientes, ofensas que parecen más de gente asilvestrada. que de un país democrático y civilizado.
Criticamos desde este periódico de igual manera los insultos que le profieren.