Los otros Santa Claus (o Papá Noel, o…)

Los otros Santa Claus (o Papá Noel, o...)

Esta noche es Nochebuena y en la mañana de Navidad, o en la misma noche, llegará a los hogares Santa Claus, o Papá Noel, o san Nicolás.

Hay muchas formas de llamar a este personaje del universo de las fiestas navideñas, todas ellas asociadas a regalos.

Pero, ¿quién es? Santa Claus es un personaje legendario de la cultura occidental que trae regalos por Navidad en la noche del 24 al 25 de diciembre.

Hasta ahí lo sabíamos y podría ser la definición más clásica y ortodoxa de este mito. Ahora bien, ¿cuál es su origen?

Para descubrirlo hay que remontarse al siglo IV en Anatolia, en los valles de Licia, en Turquía. Este personaje formaba parte del antiguo mito solar del solsticio de invierno.

El cristianismo lo asumió en la figura del obispo cristiano de origen griego llamado Nicolás, una de las personas más veneradas por los cristianos de la Edad Media. Sus reliquias se conservan en la basílica de San Nicolás de Bari, en Italia.

Un origen italiano

Se calcula que Nicolás de Bari nació alrededor del año 280 en Mira, una ciudad de Licia. Nacido en una familia acomodada, creció entre el deseo de su padre de que fuera comerciante en el Mar Adriático y el de su madre, que quería que se ordenara sacerdote como su tío, el obispo de Mira.

Por desgracia, la peste en la ciudad se llevó a sus padres cuando intentaban ayudar a los enfermos. Sin embargo, este hecho determinó su destino final.

Conmovido por la situación de la gente en la ciudad, decidió repartir sus bienes entre los necesitados y marchó para reunirse con su tío.

Así, vivió con él y se ordenó sacerdote a los 19 años. Tras la muerte del obispo, él fue el elegido para reemplazarlo.

Se le atribuyen numerosos milagros y bondades con la gente. De este modo, suscitó gran admiración, a tal punto que se convirtió en santo patrón de Grecia, Turquía, Rusia y Lorena, en Francia.

Uno de esos milagros fue la curación casi inmediata de unos niños a los que habían acuchillado.

¿Por qué Santa Claus trae regalos?

¿Pero de dónde viene la tradición de que San Nicolás trae regalos a los niños? La leyenda cuenta que un hombre pobre, padre de tres hijas, no tenía la dote necesaria para cada una y no podía casarlas. Por tanto, quedarían condenadas a ser unas “solteronas”.

San Nicolás se enteró de ello. En secreto, a medida que las niñas alcanzaban la edad de casarse, se colaba por una ventana y ponía una bolsa de oro.

Lo hacía dentro de los calcetines de las niñas que, para secarlos, colgaban sobre la chimenea.

No obstante, esta tradición occidental tomó cuerpo bebiendo de una tradición de la antigüedad. En Roma, se celebraban fiestas a mediados de diciembre en honor a Saturno. Al final de ellas, los niños recibían regalos de todos los mayores.

Otras tradiciones paganas y nombres de Santa Claus, o no

Además, existen otras tradiciones paganas previas a la encarnación en el personaje de San Nicolás que bien representan otras raíces combinadas con lo ya descrito.

Por ejemplo, en Italia un hada llamada Befana traía regalos a los niños. Más cercana es la del Tió o Tió de Nadal en Cataluña y algunas zonas de Aragón.

Se trata de un tronco “mágico”, al que se ha ido alimentando en los días previos al 25 de diciembre con diferentes alimentos. Entre ellos, pelas de fruta, galletas, turrones o restos de comida.

El día de Navidad por la tarde, después de la comida, se entona un cántico a la vez que se golpea al tronco para que “defeque”. De esa forma expulsa los regalos y los dulces.

Asimismo, en algunos valles vascos y navarros, es el carbonero Olentzero quien trae los regalos. También lo hacen en los valles de Vizcaya y alrededores los iratxoak, unos duendecillos con gorros verdes de armiño.

En Galicia, es tradicional la leyenda del Apalpador. El día de Navidad llega para palpar las barrigas de los niños. Así, deja castañas a los más delgados para que engorden y carbón a los mejor alimentados para que calienten la casa.

‘Sinterklaas’ llevó, por fonética, a ‘Santa Claus’

Para llegar al actual Papa Noel, hay que explicar varias evoluciones desde el San Nicolás de Bari. En esa travesía, hay que pasar por la tradición holandesa del Sinterklaas en Estados Unidos, origen, por fonética, de Santa Claus, gracias a Washington Irving.

Luego, el poeta Clement Clarke Moore lo describió como un personaje gordo, ágil, que regala juguetes transportándose en un trineo tirado por ocho renos.

Para ir terminando, fue Thomas Nast, un dibujante alemán, quien atribuyó al personaje actual la fisonomía de gordo barbudo bonachón.

De allí saltó a Inglaterra y, de ahí, a Francia. Fue un anuncio de la marca estadounidense Lomen Company el que popularizó que Papá Noel vivía en el Polo Norte y utilizaba renos para transportarse.

Ya en el siglo XX, Coca-Cola encargó a Haddon Sundblom que diseñara la figura de Santa Claus para hacerlo más humano y creíble. Había sido Nast quien dibujó con color rojo y blanco las vestimentas del personaje y no los anuncios de la compañía de bebidas en 1931.

Y así hasta nuestros días, en los que Santa Claus vive cerca del Polo Norte junto a la Señora Claus y gran cantidad de duendes navideños.

Estos, ataviados con ropas de color verde, rojo y blanco, contribuyen a la fabricación de juguetes y otros regalos que piden los niños.

Y llegan las 00:00 horas del día 25 de diciembre. Utilizando un trineo mágico volador, tirado por renos navideños, Santa Claus, o Papá Noel, se cuela en nuestras casas dejando innumerables regalos.

Al frente de todos, va Rodolfo, un reno que ilumina el camino con su nariz roja, brillante y potente. Y todo, para dejar, además de regalos, sobre todo, magia e ilusión.

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