Ortega Smith (VOX) señala que las 13 rosas «torturaban, asesinaban y violaban vilmente»

Vox no puede quedarse atrás, y menos Javier Ortega Smith, a la hora de apuntarse la mayor salvajada una vez ha elevado el listón Isabel García Ayuso, la presidente de la Comunidad de Madrid. Y ya tardaba, pese a las esperanzas de algunos, ingenuos, de que la formación de ultraderecha no entrara en el juego. Pero los votos son los votos.

Como ayer, primero la exposición de hechos. El ilustrado Ortega Smith dijo en una entrevista en TVE que está en contra de la Ley de Memoria Histórica porque “solo busca dividirnos otra vez a los españoles” porque habla de que había un bando “bueno y malo, de ganadores y perdedores”, pero “en realidad hubo crímenes en ambos lados”.

Hasta ahí… más o menos bien. Cada uno está a favor o en contra de lo que quiere, con o sin razón. Es lo que tiene la democracia, que más allá de lo razonable, el rigor histórico, la verdad de los hechos o el matiz que cambia el sentido de las cosas, permite abominaciones de según qué falto de neuronas.

La enjundia viene ahora. Sigue así. “Yo no le tengo ningún miedo a la historia, pero si vamos a hablar de memoria histórica hay que hablar de toda no sólo de una parte, sino de todo lo que ocurrió para que no vuelva a ocurrir, como por ejemplo, que hay pocos reportajes hablando de las chicas de Madrid, las ‘13 Rosas’ que torturaban, asesinaban y violaban vilmente y es que una guerra es una situación terrorífica en la que se pierde el concepto de justicia”.

A ver, dos cositas. La primera: ninguna guerra justifica perder el concepto de justicia. Es lógico que la ultraderecha trate de justificar sus atrocidades después de un conflicto armado que ellos promovieron con un golpe de Estado. Pero de ahí a que sea justificable, va un trecho. ¿Es justificable años de persecución, fusilamientos por el artículo 33 o por pensar diferente –para la ultraderecha es lo mismo-, familias separadas, desestructuradas u hombres echados al monte para evitar las consecuencias de una denuncia falsa?

Conviene recordar que la dictadura franquista duró casi 40 años y la represión, lo mismo o más. La última condena a muerte y ejecución por el régimen franquista fue en 1975. Con o sin razón, la pena de muerte sobrevivió en España hasta que se abolió por la Constitución, con la excepción de “lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra”. A su vez, la Ley Orgánica 11/1995, de 27 de noviembre, desterró para siempre esta abominación. La más usada por los juicios sumarísimos franquistas, por cierto. ¿Cuánto tiempo necesitaba Franco y su Movimiento para volver a la sensatez?

Pero volvamos al caso. Segunda cosita. La Trece Rosas, que en realidad fueron 14, no fueron fusiladas por ningún crimen atroz como asegura el catedrático en Historia Contemporánea Ortega Smith. Lo fueron por “adhesión a la rebelión”, por reorganizar las Juventudes Socialistas Unificadas, por pensar.

No fueron condenadas y ejecutadas porque “torturaban, asesinaban y violaban vilmente”. Fueron ejecutadas por pensar, por pensar diferente, por defender pacíficamente sus ideas y, sobre todo, por ser distintas a las de los vencedores a los que hacía frívolamente referencia al secretario general de Vox.

Es más, y esto aburrirá a los progresistas, que saben la verdad, en el momento de la ejecución, nueve de ellas eran menores de 21 años. En concreto, Carmen Barreo tenía 20 años y era modista, Julia Conesa, 20 y también modista, Adelina García, 19 y era activista –ésta daba hos… perdón, tortas como panes (perdonen la ironía)-, Elena Gil, igual, Virtudes González tenía 18 años y también era modista, Dionisia Manzanero, 20 y modista, Victoria Muñoz, 18 y activista, y Luisa Rodríguez de la Fuente, 18 y sastre. Perdónenme, el gremio de la costura y confección era una clara amenaza al régimen recién instaurado.

Ese mismo día, el de su fusilamiento, el 5 de agosto de 1939, junto a la tapia del cementerio de la Almudena en Madrid, fueron asesinadas trece adolescentes solo por pensar. No porque asesinaran al comandante Isaac Gabaldón. A sus asesinos los fusilaron el día después. Lo cierto es que la represión en Madrid recayó en manos de Eugenio Espinosa de los Monteros, comandante del I Cuerpo de Ejército franquista y primer gobernador militar. Ahí lo dejo.

Historia, señor Ortega Smith, Historia. Es comprensible que en plena batalla electoral, su partido, que debería haberse mantenido al margen de Ayuso, que bastante ridículo ha hecho, o al menos haber mantenido ciertas cautelas. Los votos son los votos.

“Todo lo que se salga de lo que marcan los gurús de la política es considerado fascista o neonazi”, dijo el dirigente de Vox. No, todo lo que es mentira, simplemente es mentira. Es usted, señoría, un mentiroso, un manipulador. El odio al que Ortega Smith se refería es otro caldo para resistir la fuga de votos hacia PP o Ciudadanos. Era difícil cuando Ayuso se puso a la derecha de Vox, pero ha rizado el rizo. Aplausos merece.