Ocho años de cárcel para el presidente de Pescanova

Ocho años de cárcel para el presidente de Pescanova

La Audiencia Nacional ha condenado a ocho años de prisión al expresidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, por manipular las cuentas de la empresa para obtener financiación y captar nuevos inversores que, al final, acabaron arruinados.

La sentencia condena, además, a penas que van de los seis meses a tres años, a otros once acusados de la ex cúpula de la compañía.

Los magistrados de la Sección Cuarta de lo Penal absuelven a otros 19 acusados, y condenan a otros doce. Entienden que las tropelías en la cuentas de Pescanova se cometieron en concurso “medial” y no cabe “penarlos” de forme independiente.

Además, también condenan los jueces a Pescanova S.A. y a BDO Auditores a multas de hasta 51 millones de euros por las cantidades perdidas por algunos inversores.

A través de una sentencia de 610 páginas, los jueces relatan una serie de prácticas irregulares llevadas a cavo desde la dirección de la empresa. A su frente se encontraba su presidente ejecutivo, Manuel Fernández de Sousa.

Éste habría contado con la colaboración de los responsables de Administración: Alfredo Pérez Uros; y del departamento Financiero, Antonio Taboas, y de empleados de confianza como José Manuel Gil, o Ángel González Domínguez.

Manipularon las cuentas de Pescanova para afrontar la crisis económica

Los hechos probados por los jueces muestran cómo, para afrontar la crisis de 2008, Fernández de Sousa, junto con los jefes de los departamentos: administrativo y financiero, idearon “mecanismos y prácticas irregulares con el objeto de obtener financiación bancaria”.

Los jueces han dado por probado que, obtenida la financiación, “manipularon las cuentas anuales” y otros documentos oficiales. Lo hicieron “para conseguir resultados positivos que no se correspondían con la situación real de la empresa”. “La falsificación de estos datos permitió a Pescanova captar nuevos inversores”, relatan los jueces. Al final resultaron con pérdidas económicas importantes.

Tras conocer la sentencia, la firma BDO Auditores, condenada en su condición de auditor, se considera “víctima” del entramado tejido por Pescanova. Ha anunciado su intención de recurrir la sentencia, que no es firme, y de instar a la revisión del fallo.

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