Un nuevo planeta que tiene un océano

Un nuevo planeta que tiene un océano

El descubrimiento de un nuevo planeta siempre es un acontecimiento de dimensiones astronómicas en todos los sentidos. Más aún, si se parece al que la especie humana habita.

Por su importancia, por lo que representa para la ciencia y por los recursos empleados, habitualmente muy altos.

Sin embargo, siempre es algo que celebrar. Y hay que felicitarse por el nuevo planeta descubierto, que, además, tiene características especiales.

Según un estudio publicado en Astronomy & Astrophysics, se ha descubierto un planeta a más de 245 años luz de la Tierra y tiene océano.

Bautizado como TOI-733b, el exoplaneta es de un tamaño algo menor del doble del radio de la Tierra. Además, orbita alrededor de una estrella algo más pequeña que el Sol, completando una vuelta en 4,9 días.

Asimismo, tiene una densidad de 3,98 gramos por centímetro cúbico. Por tanto, ligeramente más que la de Marte (3,93), pero menor que la de la Tierra (5,51).

Entre los descubrimientos, destacan dos posibles contextos. Por una parte, que el planeta perdiera su atmósfera. De otra, que se trate de un planeta acuático, es decir, que toda su superficie esté cubierta por un océano.

De tratarse del primer escenario, al estar tan cerca de su estrella, su atmósfera se evaporó por la constante exposición al calor.

A su vez, esto habría causado que el exoplaneta sea actualmente una roca seca carente de capa atmosférica.

En todo caso, podría ser que el nuevo planeta en algún momento tuvo una atmósfera parecida a la de Neptuno. Es decir, hidrógeno y helio, que habría perdido, surgiendo otra con elementos más pesados.

De este modo, se reabre el debate acerca de los procesos internos por los que pasan los cuerpos celestes.

Parece cada vez más evidente que tanto TOI-733b como los planetas con características similares serían, digamos, una versión reducida de Neptuno.

Es decir, habrían pasado por una fase de ‘encogimiento’ debido al calor, terminando por provocarse una erosión y empequeñecimiento de su núcleo.

El desafío ahora es conocer más detalles e ir descubriendo más planetas que estén atravesando unas fases similares.

Se trataría de estudiarlos comparativamente para comprender a que responde ese comportamiento.

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