“Nodicia de Kesos (en defensa del castellano como lengua vehicular)”, por Antonio Miguel Carmona.

Antonio Miguel Carmona.

El Grupo Parlamentario Socialista del Congreso de los Diputados ha cometido un error fatal, un voto de extrema gravedad, una decisión impropia y ajena a nuestro acervo: eliminar el castellano (español) como lengua vehicular. Una decisión que va en contra del planteamiento, programa máximo e historia del Partido Socialista Obrero Español.

Muchos años después de doctorarme en Económicas y tras decenios de dar clase a futuros economistas, me matriculé en Filología Hispánica para ordenar mi caótica y abundante afición por la Literatura. La profesora de Literatura Medieval -una jovencísima doctora, brillante y lucida-, nos extraía las jarchas en romance de las moaxajas árabes y yo las traducía (como podía) en árabe y en hebreo para entender cada palabra de aquello que comenzaba a ser un latín pervertido llamado castellano.

Cuando fui candidato a alcalde de Madrid una de los retos que me propuse fue el de convertir Madrid en la capital del español en el mundo. Hablé con el director de la Real Academia y con el del Instituto Cervantes quienes se entusiasmaron por la propuesta. No fue fácil –el partido no lo veía tan importante-, poner en el programa electoral como frontispicio, primer capítulo, la Cultura como principal propuesta de este humilde candidato. “Nuestros pozos de petróleo es la cultura”, no paré de decir.

En aquellas elecciones de 2015 el PSOE se hundió en toda España. La dirección federal me felicitó, sin embargo, por haber obtenido para los socialistas madrileños, por primera vez en su historia, el mejor resultado de las cuatro grandes capitales: Barcelona, Bilbao, Valencia y Madrid. Esa misma dirección federal, acertada en otras cuestiones, cometió el error más grave que se ha cometido en la historia de los socialistas de Madrid: no entrar en el gobierno municipal (tendríamos ahora alcalde socialista).

Así, el ayuntamiento, dirigido por Podemos et al, no vio conveniente hacer de Madrid la capital del español en el mundo. Hace escasos meses, dialogando con José Luis Martínez-Almeida, le comenté la necesidad de que al menos fuera él quien lo pusiera en marcha. “Fue” –me dijo en diciembre de 2019-, “una de las mejores propuestas que he escuchado en política”.

Los socialistas hemos sido protagonistas de la defensa del gallego, vasco y catalán, frente a un avance aplastante del castellano que ensombrecía, sin quererlo, a nuestras maravillosas lenguas periféricas. Más aún defendíamos el fortalecimiento de estas tres lenguas como garante de un país culto y diverso que nos enriquecía sobremanera. Máxime si durante cuarenta años la dictadura de Franco impuso un claro apagón lingüístico en las otras lenguas peninsulares.

Pero el Título VIII de la Constitución ha convertido a algunos presidentes de comunidades autónomas en reyezuelos de taifas que velan por los intereses espurios de su propio ombligo. En Madrid puede que haya más paletos que en Barcelona, he dicho muchas veces, pero la diferencia es que en Cataluña están gobernando. Lo que Pujol y el independentismo llama ‘fer país’ no es otra cosa que desconectar lo que son regiones históricas del resto del territorio, no sin antes elevar a nación lo que es un territorio plural.

Y una de los instrumentos es expulsar el castellano del habla de las gentes de Cataluña o el País Vasco. Los independentistas se han consagrado en mentir sobre la historia y avergonzar al mundo con decisiones impropias.

Resulta vergonzoso, empero, que el PSOE, partido en el que milito y seguiré militando, proponga y vote una enmienda transaccional a su propia ley de Educación, junto con Unidas Podemos y Esquerra Republicana de Cataluña, apoyada por Bildu, para eliminar como lengua vehicular al castellano de cada uno de estos territorios.

Montse Bassa (ERC) lo ha dejado meridianamente claro: “No queremos que el castellano sea lengua vehicular, sino que se enseñe como cualquier lengua extranjera, como el inglés o el francés”. El PNV, mucho más sibilino, dice que el español puede ser vehicular siempre y cuando no choque con otra lengua oficial como el vasco, el catalán o el gallego.

Allá por el 980 d.C. un fraile redactó lo que dicen fue el primer documento en castellano: la nodicia de kesos. Una relación de su despensa sin más pretensión que saber lo que se tiene y lo que se debe tener. Lo decía Ramón Menéndez Pidal.

El PSOE se equivoca y, aun sabiendo que más temprano que tarde volveremos al juicio común que nos caracteriza, comete uno de los errores políticos más grandes que yo haya visto en mucho tiempo.

3 thoughts on ““Nodicia de Kesos (en defensa del castellano como lengua vehicular)”, por Antonio Miguel Carmona.”

  1. Es tactica de pólitica de alto nivel Psoe y Gobierno, para que el Constitucional rechace tal proposición cuando sea presentada demanda por la Oposición.

  2. Menendez Pidal comento en TVE por la segunda»El Castellano fue el idioma del Imperio Español .Al haber otros idiomas en España se hizo una normalizacion linguistica para ello se introdujeron palabras de procedencia del Vasco.Catalan.Gallego.Bable Asturiano.y se formo un nuevo idioma el Español.
    La Empresa que trabaje era una multinacional Americana y cada dos meses se recivia una revista del Grupo y venian tres paginas escritas en Ingles.Español.Frances.Aleman y Castellano.yo comparaba lo que decian y se entendia pero muchas palabras distintas.Hay zonas que conservan el Castellano en USA.

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