El sabor agridulce del arranque liguero del Real Madrid ha dejado en evidencia que no es un equipo totalmente armado. Tras el empate ante el Valladolid en el Santiago Bernabéu, cabe preguntarse si el conjunto merengue está a la altura de competir frente a los otros grandes europeos para seguir reinando en Europa.
Hay grandes nombres propios, pero también grandes carencias. La medular hace aguas y no parece que haya un recambio a tiro para Tony Kroos y Luka Modric, y con Eden Hazard lesionado. Zinedine Zidane no quiere oír hablar de nadie que no sea Paul Pogba, a estas alturas imposible, salvo milagro.
La otra línea en la que falla la escuadra blanca es en la delantera, donde, a excepción de Karim Benzema, es evidente la ausencia de un goleador neto. La creación del juego en el centro del campo resulta estéril si no se concluye en el fondo de la red. El ataque es poderoso, pero falta definición.
El mercado de fichajes está a punto de cerrarse y queda claro que la directiva madridista necesita encontrar un centrocampista que ofrezca un perfil diferente o decidirse por fichar a Neymar Jr. Cabría preguntarse si Vinicius cumple con el perfil de su compatriota, pero todo apunta a que el joven brasileño necesita madurar.
En cambio, el actual jugador del PSG cumple con todos los requisitos que el Real Madrid necesita: regate, cambio de ritmo y velocidad. La situación del mercado, con el club parisino que no hace más que poner obstáculos al Barça, y el deseo del carioca de salir de París podrían ponerlo en bandeja para que acabe vistiendo de blanco.