Empate en escaños entre las dos principales fuerzas políticas.
Pese a que Likud y el Partido Azul y Blanco de Benny Gantz han empatado a 35 escaños en las elecciones legislativas del pasado martes en Israel, Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, se perfila como ganador y tiene prácticamente asegurado un quinto mandato como jefe del Gobierno gracias a la ventaja de diez diputados que ostenta el bloque de derecha frente al de centro izquierda.
Tras el escrutinio, Likud y el Partido Azul y Blanco han conseguido 35 escaños cada uno, mientras que el partido ultraortodoxo Shas y el Judaísmo Unido de la Torá logran ocho cada uno, y la alianza Hadash-Taal y el Partido Laborista israelí, seis. Yisrael Beitenu, la formación ultraderechista del ex ministro Avigdor Lieberman, se hace con cinco asientos, los mismos que la Unión Derechista, a la vez que Balad-UAL, Kulanu y Meretz logran cuatro representantes. Nueva Derecha, Gesher y Zehut se quedan fuera de la Nkesset al no lograr el mínimo de votos para tener representación parlamentaria.
Netanyahu recibirá el respaldo de la mayoría de los partidos de derecha para no repetir como primer ministro israelí. Por su lado, Lieberman ha asegurado que no apoyará una hipotética candidatura de Gantz al considerar que “no existe” un escenario en el que el general retirado pueda convertirse en primer ministro de Israel. Manifestó que apoyará a Netanyahu o se quedará en la oposición.
Gantz ha señalado que la situación es “desalentadora”, aunque confía en que pueda haber un cambio de Gobierno. “Parecen desalentadores, pero los resultados todavía no son definitivos. Es posible que haya cambios electorales y podemos hacer determinadas maniobras políticas”, indicó. Sus electores, dijo, quieren esperanza y hay que dársela: “Quieren una vía distinta y se la hemos mostrado. No daremos marcha atrás en nuestro deber público para representar a más de un millón de personas que nos han pedido algo distinto. Es una victoria histórica sin precedentes. Deberíamos estar orgullosos”, destacó.