Nadal, simplemente

Nadal, simplemente

Rafa Nadal, el más grande tenista de todos los tiempos, ha logrado en la tarde de este domingo su decimocuarto Roland Garros y su 22º Grand Slam.

Enfrente, el noruego Casper Ruud, que venía de derrotar al croata Marin Cilic por 4 sets a 1.

Nadal, por su lado, accedió a la final por el abandono por lesión de su rival, el alemán Alexander Zverev.

Así, el tenista balear se impuso con relativa facilidad al noruego en un primer set por 6-3, después de un rápido 2-0.

Pero Ruud reaccionó en la segunda manga, asestando a Nadal tres juegos, hasta 1-3, lo que implica romper el servicio del tenista español.

Sin embargo, el de Manacor, como nos tiene mal acostumbrados, se rehízo y ganó cinco juegos consecutivos, volviendo a asestar un 6-3.

A partir de ahí, Ruud bajaría los brazos y Nadal le dejó en blanco en el tercero de los cinco sets que le daban la 14ª Copa de Mosqueteros. 6-3, 6-3 y 6-0 demuestran su grandeza.

Además, esta edición de Roland Garros nos ha permitido disfrutar de la gran revelación de la temporada: Carlos Alcaraz.

El murciano avanzó con paso firme jornada tras jornada. No bajó los brazos y sólo Zverev fue capaz de doblegarlo.

Por último, no hay que olvidar que el de Manacor apenas podía andar hace tan solo 24 días. Había muchas dudas incluso de su participación en París.

Pone, así, de manera magistral, tierra (batida) de por medio, dando una lección de perseverancia y tesón, habiéndose tenido que enfrentar a Djokovic.

De este modo, el balear hace crecer su leyenda, poniendo, otra vez, en lo más alto del mundo el tenis español.

Para colmo de bienes, anunció que “seguiré intentándolo”. Una alegría más para el mundo del tenis. No es un milagro. Simplemente, es Nadal.

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