Se suman más voces en el mundo contra el racismo y el asesinato de George Floyd a manos del ya ex policía Derek Chauvin. Si ayer una se desarrollaba en Berlín, con algunos enfrentamientos violentos entre manifestantes y la Policía alemana, en Madrid otra recorría pacíficamente las calles de la capital.
Así, más de 10.000 personas, según algunas fuentes, han marchado desde la embajada de Estados Unidos en protesta por la violencia policial racista en ese país. Se dirigieron los manifestantes, entonces, hacia la Puerta de Alcalá y de allí a la Puerta del Sol. Respetaron las normas de confinamiento y utilizaron masivamente mascarillas, aunque no siempre pudieron mantener la distancia social.
La de Madrid se celebró en coordinación y coincidencia con otras manifestaciones en otras ciudades españolas contra el racismo y la muerte violenta de Floyd. Una acción policial que ha sido calificada como brutal. Barcelona, Salamanca, Murcia, Logroño… Todas contra el racismo.
Pero no solo en Madrid o Berlín se vivieron marchas contra el racismo. Las protestas se están extendiendo en las ciudades más importantes de Estados Unidos, incluida Washington DC, y también en las antípodas, como en Sidney.
Las calles de Los Ángeles se llenaron de personas y hasta familias completas contra la muerte violenta e injusta del afroamericano el pasado 25 de mayo. Miles de personas en una docena de concentraciones poblaron calles y plazas en la ciudad californiana bajo el grito unánime de “No puedo respirar”.
Esas fueron las últimas palabras de Floyd antes de fallecer asfixiado bajo la rodilla de Chauvin después de casi nueve minutos de agonía. Tras conocerse el vídeo en el que se lo ve implorando poder respirar hasta en cuatro ocasiones, miles de personas han desafiado al coronavirus y han salido a protestar. Lo están haciendo en contra de las desigualdades sociales y la brutalidad policial, endémica en Estados Unidos, donde parece seguir prevaleciendo la Ley de Lynch.