Una mujer, número ‘dos’ del Estado Vaticano

Una mujer, número ‘dos’ del Estado Vaticano

Raffaella Petrini, una monja italiana, es ya la mujer de más alto rango del Estado Vaticano, después de que el papa Francisco la haya nombrado número dos de la Ciudad Santa.

Una institución, la Iglesia Católica, con más de 2.000 años de antigüedad ha mostrado poca o nula permeabilidad a los cambios. Sin embargo, en los últimos años se ha ido produciendo una apertura sin precedentes.

El papa Francisco ha protagonizado una aceleración en esta transformación, nombrando a varias mujeres para ocupar los puestos más altos de la cúpula de la Santa Sede.

Petrini es una religiosa franciscana de 52 años. A partir de ahora, se encargará de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano, como, así, se define su cargo. De facto, se convierte en la número dos del Ejecutivo del Estado Vaticano.

Por encima de ella, además del propio Papa, sólo el nuevo gobernador, el arzobispo español Fernando Vérgez Alzaga. Su misión será la gestión de una de las ciudades-estado más pequeñas del mundo, con unos 2.000 empleados y alrededor de 600 habitantes, pero también una de las más ricas.

Gestión logística y económica del Estado Vaticano

Así, coordinará la policía, los bomberos, la sanidad y, la joya de la corona, los Museos Vaticanos. Estos son la fuente más importante de ingresos de la Ciudad del Vaticano.

Nacida en Roma en enero de 1969, pertenece a la Congregación de las Hermanas Franciscanas de la Eucaristía. Su formación sobresale al ser Licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Internacional Libre de Guido Carli.

Además, estos doctora por la Universidad Pontificia de San Tommaso d’Aquino, donde es docente de Economía del Bienestar y Sociología de los Procesos Económicos.

Petrini se une, de este modo, a la transformación que parece impulsarse en una de las instituciones más antiguas e inmovilistas de la historia moderna.

Precedentes

Antes que ella, Alessandra Smerilli, otra monja italiana, recibió el encargo de dirigir la secretaría interina del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. También se la nombró delegada de la Comisión vaticana Covid-19.

Por su lado, el papa Francisco nombró a Charlotte Kreuter-Kirchhof como número dos del Consejo de Economía del Vaticano. A efectos prácticos, secretaria de Estado de Asuntos Económicos de la Santa Sede.

Así las cosas, la relevancia de este nombramiento reside en que, por primera vez, una mujer pasa a ocupar un cargo ejecutivo de alto rango. No obstante, como denuncian desde el sector feminista de la Iglesia, tendrá poderes limitados, lo que la impedirá llevar a cabo una transformación profunda de la dirección católica.

Políticamente, es un paso importante, aunque queda lejos de las verdaderas aspiraciones del feminismo dentro de la Iglesia. Este sector reclama, no sin razón, eliminar barreras, como que las mujeres puedan llegar a ser sacerdotisas, algo a lo que el Papa sigue oponiéndose.

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