Muere Kofi Annan

Muere Kofi Annan

Tenía 80 años y fue secretario general de la ONU y Nobel de la Paz.
Tras una breve enfermedad ayer falleció en Berna, Suiza, Kofi Annan, a los 80 años de edad. Fue el séptimo secretario general de las Naciones Unidas, entre enero de 1997 y diciembre de 2006. En 2001 fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz gracias a su trabajo para lograr un mundo mejor organizado y más pacífico.
Nació en Kumasi, Ghana, y su herencia es gigantesca en el ámbito del desarrollo. Después de su regreso de Sudáfrica, donde participó en la conmemoración del cumpleaños de Nelson Mandela, su salud se deterioro rápidamente. A pesar de la rigidez de la carta fundacional de la ONU, durante sus dos mandatos consiguió dar a su cargo un perfil político, algo que no agradó a los países más poderosos. Entre sus grandes logros figuran el impulso a los Objetivos del Milenio contra la pobreza, el Protocolo de Kioto contra el cambio climático y el fondo para el SIDA, la tuberculosis y la malaria.

Toda la vida dedicada a la ONU
Desde 1962, en que comenzara como funcionario en la Organización Mundial de la Salud, dedicó toda su vida a acercar la ONU al pueblo, adaptando esta institución supranacional a la realidad global, para evitar catástrofes humanitarias como el genocidio en Ruanda o la masacre de Srebrenica. Su gran frustración, evitar la invasión de Irak en 2003 por parte de Estados Unidos y Reino Unido, después de la unidad lograda tras los atentados del 11-S contra las Torres Gemelas y el Pentágono.
Pese a todo, también hubo sombras durante sus dos mandatos. Uno de ellos, el fraude en el Programa Petróleo por Alimentos para Irak, pergeñado para ayudar al pueblo iraquí durante el embargo y que salpicó a su hijo. También las denuncias de abusos sexuales por parte de cascos azules.

Elegancia, carisma, prestigio
Aún así, gracias a su prestigio, su carisma y su capacidad negociadora, en 2012 fue designado por Ban Ki-moon como enviado especial para Siria. António Guterres, actual secretario general de la ONU, le califica como “una fuerza para el bien”. Y es que deja unas Naciones Unidas más comprometidas en la lucha contra el cambio climático, la defensa de los derechos humanos, la paz y el desarrollo.
Para Zeus Ra’ad al Hussein, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, fue “la personificación de la decencia humana”. “Contribuyó a hacer del mundo que ha dejado un lugar mejor que aquel en el que nació”, ha dicho Theresa May, primera ministra británica. “Perdemos a un gran humanista”, agrega Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, que le compara con el sueco de Dag Hammarsjold, quien también quiso dar más protagonismo al secretario general de Naciones Unidas en política, diplomacia y humanismo. “Fue un referente y una guía”, concluye Guterres.

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