Muere Kaing, el principal torturador de Camboya

Muere Kaing, el principal torturador de Camboya

El que fuera director del principal centro de interrogatorios y torturas de los Jemeres Rojos, Kaing Guek Eav, ha fallecido este miércoles a la edad de 77 años en Phnom Penh, la capital de Camboya.

Así lo han comunicado desde el hospital de la Amistad Jemer Soviética, donde estaba preso, las autoridades judiciales camboyanas.

Conocido como “Duch”, Kaing admitió haber supervisado la tortura y asesinato de unos 16.000 camboyanos cuando dirigía la prisión de Tuol Sleng, la más cruel del régimen de los Jémeres Rojos.

El extorturador dirigió uno de los mayores centros de tortura del régimen en Camboya. Su muerte fue anunciada por un portavoz del tribunal camboyano que lo condenó a cadena perpetua. Cumplía la sentencia en el hospital donde murió.

Kaing, fue el primer condenado en 2010 por los crímenes de guerra del partido comunista de Kampuchea. En aquel juicio llegó a detallar cómo era el proceso de tortura al que se sometía a los prisioneros antes de asesinarlos.

Entre 1975 y 1979, Pol Pot, y sus secuaces implantaron en Camboya una alienante utopía maoísta y rural que exterminó a casi dos de sus siete millones de habitantes. Los ejecutaron por motivos políticos o murieron de extenuación en sus tristemente famosos “Campos de la Muerte”.

Kaing dirigía la prisión de Tuol Sleng en la capital, Phnom Penh. Por esta antigua escuela de la época colonial francesa, reconvertida hoy en museo de los horrores, pasaron más de 14.000 presos. Torturaron salvajemente a todos ellos en desquiciados interrogatorios, donde se les preguntaba si eran espías de la CIA.

Convertido al cristianismo en los años 90, pidió perdón a los escasos sobrevivientes y a las familias de las víctimas, aceptando que lo condenaran a “la pena más estricta”.

Sin embargo, tras estas confesiones, Kaing, decidió cambiar de estrategia y dejar de cooperar con la Justicia. Pasó a reclamar su liberación y a afirmar ser un mero secretario del régimen.

Al final, Duch no se “arrepintió”, apuntan desde el Centro de Documentación de Camboya, un organismo de investigación que aportó numerosas pruebas al tribunal.

 

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