Rosa María Sardà, una de las actrices más importantes de España, murió ayer a los 78 años de edad en Barcelona. Así lo ha comunicado la Academia de Cine. Su carrera artística y profesional ha estado plagada de éxitos. Fueron unánimes los aplausos como presentadora en tres ocasiones de la ceremonia de los premios del cine español.
Destacable, igualmente, es su faceta como cómica tanto en la gran pantalla como en televisión. No obstante, también acumulaba una larga trayectoria teatral. En el escenario, destacaron sus papeles dramáticos, interpretando enfermas terminales, periodistas comprometidas, madres coraje o activistas.
“Yo no estoy en el mejor momento de mi vida porque a los 78 años no se está en el mejor momento de la vida. Y estoy enferma, más o menos. Yo tengo un cáncer, pero no saben dónde y se lo inventan”, le decía a Jordi Évole en una entrevista en abril.
Para Luis García Berlanga era, sencillamente, “la mejor”. No en vano, Rosa María Sardà ganó dos premios Goya a la mejor actriz de reparto. Fue por ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? (1994) y Sin vergüenza (2002). La niña de tus ojos (1999) le valió otra nominación. En 2010, recibió la Medalla de Oro de la Academia y, en 2015, el Max de Honor.
En diciembre del año pasado, Rosa María Sardà publicó Un incidente sin importancia, su autobiografía. En ella recuerda sus seres más queridos con textos íntimos escritos en los últimos diez años.
Parece como si Rosa María Sardà hubiera adivinado lo cercano de su muerte
Ese mismo mes, en una entrevista concedida a El País confesaba que “cuando escribí esto no sabía que estaría condenada a morir de cáncer. Pero el bicho sigue ahí, tengo nuevo tratamiento, pero estoy muy cansada. El año que viene veré qué hago. Igual dejo la medicación y que dure lo que sea, a fin de cuentas tengo 78 años. Lo único que me queda por hacer es morirme”.
Nacida en Barcelona en 1941, era la mayor de cinco hermanos. Todos chicos, salvo ella. Entre ellos, destaca, por su labor en radio y televisión, el periodista Xavier Sardà. Después de la temprana muerte de su madre, tuvo que ser ella quien se encargara de sus hermanos.
Xavier ha dicho en muchas ocasiones que “nunca nos soltó de la mano, ni siquiera ahora”. DEP.