Según la Alcaldía de la ciudad de Mariúpol, en Donetsk, las autoridades prorrusas en esa región han comenzado una “movilización militar”.
Así lo ha denunciado Petr Andriuschenko, principal asesor del Consistorio de la localidad.
Denis Pushilin, gobernador prorruso de la región, ha aprobado crear oficinas de registro y alistamiento. Asimismo, está contactando con todo varón de 17 o más años, según recoge la agencia UNIAN.
No obstante, Andriuschenko ha indicado que la decisión del reclutamiento supondrá más trabajo para las tropas rusas en la zona. Ahora, explica, también deberán controlar el cumplimiento de la movilización militar.
Cabe recordar que Mariúpol, al sureste de Ucrania, a orillas del mar de Azov, fue escenario de intensos combates en las primeras semanas del conflicto.
De hecho, las tropas rusas bombardearon su teatro, que servía de refugio a centenares de civiles. Finalmente, cayó en manos rusas.
Cambiando de asunto, aunque en el marco de la guerra en Ucrania, los servicios de Inteligencia de Reino Unido aseguran que Rusia está dejando más tiempo entre bombardeos porque se queda sin misiles.
Asimismo, admiten que la oleada de ataques rusos del jueves fue “una de las mayores desde diciembre de 2022”.
Con todo, destacan que ha pasado más de un mes de los anteriores ataques masivos, por lo que sugieren que Rusia necesita almacenar misiles.
No hay que olvidar que la primera oleada de estos ataques fue el 16 de febrero, con 80 misiles y dirigidos en su mayoría a infraestructuras críticas.
Así, la Inteligencia británica apunta que “el intervalo entre olas probablemente está creciendo porque Rusia necesita almacenar una masa crítica de misiles recién fabricados, directamente de la industria”.
De ello dependería que tenga capacidad para acumular suficientes para zafarse de los sistemas de defensa antiaérea con los que cuenta Ucrania.
Dicho esto, otra prueba más de la falta de capacidad para almacenar misiles es el problema de suministro de munición al Grupo Wagner.